A MI HERMANO RAFAEL, DESDE NUESTRAS TORRES por Francisco J. Fernández-Pro
Querido Hermano Rafael:
Te dije un montón de veces que no se puede ir por ahí con el corazón tan por delante (¡si lo sabré yo!..) y, sin embargo -¡lo que son tus cosas!- tú tuviste que irte bien lejos para darme la razón; además, para más inri, en un país donde se habla gabacho, que es el idioma que más te falla… y es que el que nació para mártir, querido Hermano, es mártir hasta por inoportuno.
Hace poco en uno de mis artículos confesaba un gran error que mantuve durante muchos años: yo había creído siempre que el corazón sólo era una víscera y, sin embargo, el tiempo y la Vida me han demostrado que también es alma. Por eso no se puede entregar de cualquier manera. No podemos hacer footing con el corazón a pleno gas, porque esa es la forma más segura de que acabe destartalado. Pero eso es imposible para nosotros, ¿verdad? Tú sientes como yo (quizá por eso nos sintamos tan hermanos) y sé que, para ti, es preferible darle rienda suelta a la conciencia y poner a galopar la fe que tienes en las cosas, que caminar a paso de ballet por los días, evitando el roce con los ideales por intentar no salpicarte con los otros y no implicarte en sus heridas; porque tú siempre estás en las heridas de los otros, tú siempre estás para la lágrima del que sufre. Bienaventurado tú, que no sólo has sabido comprender la verdadera Naturaleza de la Bondad, sino que vives para ella.
Pues nada, Hermano mío: si así lo quieres, pongámonos nuestras viejas botas catiuscas y sigamos juntos chapoteando por los rincones donde pululan los demás hombres, sin preocuparnos si el corazón se nos queda a la intemperie y se nos atasca, porque ahora vamos a la par: ya los dos llevan muelles que los impulsan y tú y yo sabemos (¡lo hemos hablado tantas veces!) que sólo, desde su latido franco, desde la fuerza vital de su humanidad derramada, podemos construir con nuestras manos -juntando nuestras manos- la hermosa Verdad que compartimos: ésa, por la que tú vives el Amor de Dios y yo la Dignidad del Hombre, pero que mantienen un idéntico sentido de bondad y de plenitud, igual valor como objetivo de nuestra lucha por tantos cristos rotos, la misma concreción en la Palabra que escribimos y el mismo destino en la Eternidad que habita cada instante.
Querido Hermano, un abrazo inmenso desde nuestras torres.
Queridos amigos Rafael y Paco. He sentido en el Alma el percance que ha afectado a Rafael y el gran sentido de afecto y amistad que ha puesto de manifiesto Paco Fernandez Pro. No podía ser de otra manera el sentirme ciertamente afectado y desear a Rafael una pronta y total recuperación, ya que personas de tanta calidad humana y espiritual cada vez se encuentran menos. Desde Marchena os deseo lo mejor y en mi amistad reciente pero sincera os deseo, salud, paz y felicidad.
Juan Manuel Vicente
Querido Amigo, gracias por tus letras.
Esta noche fui a recoger a Rafael al Aeropuerto de Sevilla. Ya está en casa, gracias a Dios y, además, fenomenal y dispuesto a seguir batallando como siempre.
Espero poder abrazarte el día 8. Mientras llega, recibe un abrazo virtual, aunque realmente fraterno.
Paco.