El
Palacio de los Portocarrero en Ecija, en la Jornadas de Artesonados
Mudéjares que se celebran en Palma del Río.
Las
jornadas de Historia Cardenal Portocarrero sobre La pervivencia
del arte andalusí en Palma del Río, que se celebran
en su séptima edición, se han dedicado a los
artesonados mudéjares
En las
ponencias han intervenido profesores de la Universidad de
Córdoba, donde han expuesto temas relacionados con
con los mismos.
Así,
la profesora titular de la UCO María Angeles Jordano
Barbudo, expuso las investigaciones sobre Alfarjes y artesonados:
la pervivencia de los mudéjar, del antiguo hospital
de San Sebastián. Igualmente ha incidido la ponencia
de Jordano en las techumbres mudéjares en Santa Clara,
la iglesia de Santo Domingo y en el antiguo convento franciscano.
Por otro
lado, el vicedenano de la Facultad de Filosofía y Letras
de la UCO, Manuel Pérez Moyano, ha presentado el Palacio
de los Portocarrero en Ecija, actualmente un convento de clausura,
destacando los artesonados del edificio y la heráldica
de la nobleza palmeña.
Para
conocer mas
La primera
noticia que encontramos de este edificio se produce cuando
Luis Portocarrero, VIII Señor y I Conde de Palma, hace
su testamento en Palma a 21 de julio de 1528 "incorporando
en el principal de su casa las Aceñas y Palacio de
Palma y las casas grandes de Écija que fueron del Conde
de Feria" (TORRES Y ORDEN, 1963).
A partir
de este momento el Palacio tuvo su época de mayor esplendor
hasta la muerte en 1760 de D. Joaquín Fernández
Portocarrero, IX Conde de Palma.
Por auto
de 7 de mayo de 1761 se concedió la administración
de la Casa Portocarrero a Don Pedro Alcántara Fernández
de Híjar, X Duque de Híjar, según Fray
Ambrosio de Torres.
El Palacio
se mantuvo en esta Casa Ducal hasta que en 1860 fue vendido
a Don Pedro Ardanuy y Palacios, siendo la residencia habitual
de esta familia. Ya en los años sesenta éste
queda prácticamente abandonado hasta que en nuestros
días, dicho inmueble está siendo objeto de una
profunda obra de restauración-reconstrucción
por parte de sus actuales dueños.
Convento
de las Teresas (Iglesia de San José)
El convento está emplazado en el antiguo palacio de
los Condes de Palma, edificio mudéjar de gran interés
erigido en los siglos XIV y XV.
Algunas estancias del palacio están decoradas con interesantes
yeserías mudéjares del siglo XV, la leyenda
dice que en ellas trabajaron los mismos alarifes que labraron
las yeserías de los Reales Alcázares de Sevilla.
El convento pertenece a las Carmelitas Descalzas y son conocidas
en la ciudad como las monjas Teresas.
Su fundación data en torno a 1630. Las Carmelitas Descalzas
tuvieron que trasladarse al lugar que ocupan actualmente,
lo que les causó graves conflictos con los Corregidores
de la ciudad que acostumbraban a reunirse en este lugar.
En 1655 lograron iniciar las obras de la iglesia gracias a
limosnas y la dote de una monja, sor Paula de San José.
La portada principal de la calle es muy interesante. Se compone
de dos cuerpos, el primero está integrado por un arco
semicircular decorado por la típica labor gótica
mostrando los escudos de Portocarrero en el lado derecho y
de Guzmán en el opuesto coronadas por figuras de águilas.
En el cuerpo superior se hallan tres hornacinas con abundante
decoración gótica, en la central se hallan las
pinturas de San José y los escudos del Carmen Descalzo.
Sobre éstas, un pelícano centrando la composición
y lazos marineros. La monumental portada pertenece a la transición
del gótico al renacimiento con ligera decoración
“manuelina” como se observa por el uso de motivos
marineros.
La extraña decoración de la fachada, difícil
de encontrar por estos lugares, se debe a que los Condes de
Palma “importaron” esta decoración en el
siglo XIV, del estilo que existía en casas palaciegas
en el sur de Portugal, donde ellos poseían algunos
terrenos.
La puerta de entrada a la iglesia posee una interesante labor
de carpintería mudéjar de la segunda mitad del
siglo XIV, pese a sus restauraciones, procede del antiguo
salón de honor de la planta alta de palacio.
La iglesia conventual se erigió en el siglo XVII, es
de una sola nave cubierta con bóvedas de cañón
y lunetos y media naranja en el presbiterio.
En el interior se hallan retablos barrocos con imágenes
de diversa calidad, son de destacar las imágenes de
San José y de la Inmaculada del taller de Roldán,
un Niño Jesús de Ribas y un interesante Crucificado
del círculo de Alonso Cano.
Excepcional interés arquitectónico presenta
el interior de este convento, que conserva numerosísimos
e importantes restos del palacio adquirido por la Comunidad
en el siglo XVII.