Sus manos y su escuela quedaran patentes en muchos
trabajos realizados en nuestra ciudad para nuestras hermandades
y también fuera de nuestras fronteras. Los cofrades ecijanos
están de luto por la pérdida de este gran amigo
de todos, más conocido como “Pepín Asencio”.
Falleció el pasado viernes 3 de Octubre de 2003, y recibió
cristiana sepultura el sábado día 4, después
de la misa celebrada en la iglesia de San Gil, a las 11 de la
mañana.
Mantos, estandarte, un cuidado especial para vestir
las imágenes y exornos florales, dorados de pasos, --entre
otros – son el legado que este gran artista ecijano nos
deja para disfrute de generaciones venideras y como patrimonio
de la mayoría de nuestras cofradías. Como artista
destacó por su obra y como persona por su disposición
permanente a colaborar en lo posible con el mundo cofrade, y lo
que es más importante, con todo aquel que llamaba a su
puerta y pedía su ayuda cuando lo necesitaba. Será
otro el momento más apropiado para hablar largo y extenso
de toda su obra.
Su Virgen de la Caridad, a la que tanto mimó,
seguro que le reconfortó en los últimos momentos
de su vida terrenal y la Virgen de la Alegría a la que
positivamente sé que le unía también un cariño
especial, convirtió el luto por su muerte en un resplandor
de ese blanco manto que fue creado por sus manos, con una luz
de esperanza encomendándolo a Nuestro Señor.
Aunque nadie es perfecto y todos cometemos errores
a lo largo de nuestra vida, quiero finalizar este pequeño
recuerdo a este querido amigo, -- que aunque no lo conocí
intensamente, sí lo necesario para descubrir su sensibilidad--,
con unas palabras muy simples que seguro que quisiéramos
dijeran de nosotros el día de mañana: “Nos
ha dejado una buena persona”. Descanse en Paz.
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