Las 10 campanas de Santa María ya están en la
torre de la iglesia. Su rehabilitación la se ha llevado
a cabo una empresa relojera de Murcia que ha obsequiado a la
parroquia con una matraca nueva, réplica de la original,
que se expondrá en el patio del templo.
La voz de alarma sobre el estado de las campanas la dio una
de ellas, la de San Pablo, conocida como la mica, que cayó
el pasado mes de noviembre sobre el tejado de la parroquia.
La rehabilitación ha costado 42.000 euros, que la iglesia
irá pagando en cinco años, según expuso
ayer el sacerdote de Santa María y arcipreste de Écija,
Esteban Santos Peña.
La pasada semana, las 10 piezas fueron subidas al campanario,
que destaca por su semejanza con la Giralda de Sevilla, y quedaron
instaladas en esa semana.
El proceso de rehabilitación ha consistido en el cambio
del yugo de las campanas, que era metálico y ha sido
sustituido por madera (originaria de Argelia) tratada con varias
capaz de barniz y protegida contra insectos xilófagos.
El cambio incidirá en el sonido ya que, como matizó
Santos Peña, «el sonido de una campana con yugo
metálico es más apagado”.