Lleno hasta la bandera, que diría un castizo.
Representantes, productores, artistas, aficionados y medios de
comunicación, así como alcaldes de los pueblos de
Sevilla y Cádiz, abarrotaron la Sala Ronda del Palacio
de Congresos y Exposiciones de Sevilla para asistir a la presentación
de ‘Una voz de arte, una voz de genio’, la última
obra del periodista y escritor ecijano Manuel Martín Martín.
Este libro, que vio la luz 18 años después
de ser concebido, aborda la vida y el aporte artístico
de El Perrate de Utrera (Utrera, 1915-Dos Hermanas, 1992), un
eslabón imprescindible en la cadena transmisora del cante
que, pese a su obra creadora, murió en la indigencia, sin
Seguridad Social y sin poder pagar ni tan siquiera el recibo de
la luz.
Escoltado por María José Fernández,
diputada sevillana del área de Cultura, y por su homónima
en Cádiz, así como por los hijos de El Perrate de
Utrera, apareció el escritor ecijano en la III Feria Mundial
del Flamenco con una obra que, para Luis Navarrete Moran, presidente
de la Diputación de Sevilla, "compendia el conocimiento
del crítico, la pasión del aficionado y el cariño
hacia la persona del cantaor. Por esta razón tengo la certeza
de que su lectura será motivo de contento para quienes
aman el flamenco".
María José Fernández, por
su parte, destacó el compromiso de la institución
provincial por recuperar la memoria histórica, al tiempo
que realzaba el mérito de este trabajo de investigación
y ensayo, valor que "se acrecienta si se contempla desde
las cualidades literarias que adornan al autor y desde el rigor
analítico que aplica en todo lo que concierne a la identidad
cultural andaluza".
La obra, que está editada por la Diputación
de Sevilla, fue presentada como acto central del Día de
la Provincia el sábado 25 de octubre, y el autor la justificó
en tres razones: "la admiración que nació en
mí cuando cantó por vez primera en mi pueblo, Écija,
donde me dejó en el corazón de la memoria las marcas
de su estilo, el rescatar para la historia de Sevilla y el mundo
los logros de un patriarca de una casa cantaora que fue un cantaor
genial y capaz como pocos de recrear sobre las melodías
más complejas, y porque el libro es un alegato contra la
crueldad de la vida". Todo comenzó por una entrevista
que el autor le realizó a finales de 1985 al Perrate de
Utrera para la revista Candil, la primera que pagó dicha
publicación, cuyo importe íntegro se destinó
al cantaor, de ahí que "esta obra no tenga más
pretensión que rendir justicia a quien no la tuvo en vida,
a un amigo y maestro ejemplar que tuvo el mérito de forjar
una personalidad propia y no arrastrarse en las inmundicias charcas
de la sociedad con tal de recoger una sola manzana de virtud",
señaló Martín.
Desde este punto de partida, ‘Una voz de
arte, una voz de genio’ se estructura en diez capítulos
donde se detalla al detalle su vida, la época que le tocó
vivir (a caballo entre la decadencia de los Cafés Cantantes,
el nacimiento de los Festivales y el florecimiento de los Tablaos),
sus coetáneos y el análisis pormenorizado de su
obra discográfica, en el que se pone de manifiesto la labor
que Perrate dejó para la posteridad. El libro, además,
se acompaña de un CD con ocho temas, 4 históricos
extraídos de grabaciones domésticas del archivo
del propio autor, y otros tantos entresacados de su valiosa discografía,
para así tener un acercamiento más exhaustivo del
personaje.
"En el desarrollo del libro he procurado
vencer a la imagen espeluznante que durante 18 años me
ha perseguido de Perrate -aseguró el autor-. Se me hace
difícil olvidar aquel 6 de diciembre de 1985, en que encontré
al amigo y maestro Perrate de Utrera sedente y vencido, cabizbajo
y pensativo, congestionado y hemipléjico, aguardando sólo,
cómo él decía, "a que me ‘arrecoja’
Dios antes de que me ponga peor. ¿Qué adelanto yo
así, si soy un peso para mi familia?", se preguntaba.
El Perrate de Utrera, patriarca de una saga que
ha dado nombres insignes como El Lebrijano, José de la
Tomasa, Pedro Peña, Gaspar de Utrera o Tomás de
Perrate, es hijo de la generación del hambre. Nació
en una familia "mu pobre", como él decía,
y sólo estuvo en el colegio para aprender a firmar. Se
tuvo que ganar la vida con el cante desde los diez años,
pero una operación quirúrgica en 1970, a la que
sometió con 55 años, le arrancó de la vida
artística para sobrevivir, malvivir más bien, de
las papeletas -más o menos permitidas-, que vendía
su mujer Tomasa, la hija de Manuel Torre, también biografiado
por Manuel Martín.
Pero el verbo del autor de ‘Una voz de arte,
una voz de genio’ no presenta a este cantaor histórico
y genial como un emblema fúnebre o un descendiente del
infortunio. Perrate es el utrerano derrotado por los males del
tiempo, el artista que actuó en los dominios más
legítimos, el cantaor que empleó el lenguaje más
vigoroso; el andaluz, en definitiva, que aportó imágenes
expresivas con mayor belleza sonora que moral".
"El valor de sus cantes se halla en relación
con el estímulo sublime que produce, y no en razón
directa a tantas desgracias acumuladas. En lo primero, en concebir
el cante desde el lado oscuro del corazón, está
en la fuerza de su nombradía. Lo segundo, la fatalidad,
nos debe hacer reflexionar y llevar a todos al grito de ¡Nunca
más!", destacó Manuel Martín Martín.
El éxito del acto, que culminó con
los cantes de los gaditanos Chano Lobato y Carmen de la Jara,
y el chiclanero Antonio Reyes, permitió al autor del libro
ser reclamado por los promotores que se dieron cita en este zoco
de la Feria Mundial del Flamenco, por lo que el escritor ecijano
se ha comprometido, entre otras actuaciones, a participar, a instancias
de la Diputación Provincial de Cádiz, en el circuito
‘Caminos del Flamenco’, donde llevará los fundamentos
del flamenco a la juventud gaditana.
Pero la máxima ilusión la encontró
el flamante Premio Nacional de Flamencología tras los aplausos
y el cariño que le brindó el público asistente.
María José Fernández, responsable de Cultura,
conociendo o no que fue el ecijano el primer analista que impartió
lecciones de ‘Historia del baile flamenco’ a los profesores
de los Conservatorios Superiores de Danza en Andalucía,
le pidió que aceptara el encargo de escribir la evolución
del baile, según Sevilla, a través de la biografía
de la maestra Cristina Hoyos, a lo que replicó Manuel Martín:
"Para un escritor esto no es un reto, sino una obligación
complaciente".
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