Con verbo fácil y vibrante esbozó las
principales sensaciones y experiencias del Camino al Rocío.
El Teatro Municipal acogió el domingo 24 de Abril de
2005, la celebración del XXVI Pregón de la Hermandad
de Nuestra Señora del Rocío, que corrió
a cargo de la concejala andalucista María Gracia Rabanal,
siendo presentada por la anterior pregonera, Pepita Tomás.
Un pregón cargado de evocaciones al Camino y de experiencias
y sentimientos personales de la pregonera, que ensalzó
a cuantos movidos por la fe van en busca de la Blanca Paloma.
María Gracia Rabanal no obvió transmitir las emociones
más personales, tanto lo que siente un rociero en los
momentos más emotivos como aquellos otros menos normalmente
evocados, insistiendo en contrarestar leyendas negras que sobre
esta peregrinación se han difundido en el sentido de
que prima la fiesta y la diversión. La pregonera señaló
que quien no tiene fe “se equivoca al hacer el camino
del Rocío y esos molestan al rociero porque hieren nuestra
sensibilidad”.
Rabanal comparó los dos caminos que se hacen al Rocío,
el del cuerpo, cansado por los siete días de travesía,
y el del alma, plenamente gozoso tanto por los sentimientos
de fondo como por la convivencia que propicia una experiencia
de esta categoría, que tiene como fin alcanzar la Ermita
de Nuestra Señora del Rocío.
La pregonera manifestó que “el camino del Rocío
es la vivencia de la fe, es la fe de la misericordia, es la
amargura del arrepentimiento, la entrega de corazón,
es el preámbulo del gran acontecimiento, la antesala
del amanecer de la espera y es ir a la cita gozosa con la madre”,
todo lo cual señaló que significaba que el camino
es “ante todo compartir y ojalá los rocieros viviéramos
el Rocío los 365 días del año, seguramente
sería distinta la vida, y es también el ir con
tus miserias y tus virtudes para compartirlas también
con la Virgen pidiéndole su intercesión”.
Previamente al pregón de María Gracia Rabanal,
su antecesora el año 2004 hizo una amplia presentación
en la que ensalzó las cualidades de la pregonera, como
ella Hija Adoptiva de Écija, anticipando que con sus
palabras todos los presentes harían un anticipo de la
Romería, sobre la que dio numerosas pinceladas muy poéticas
y evocadoras de los momentos más importantes.
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