Al salir la procesión del Resucitado de Córdoba
, sonaron las campanas de Santa Marina recién restauradas.
Una de ellas se llama precisamente Nuestra Señora de
la Alegría , y junto a sus compañeras lanzaba
al aire el mensaje gozoso de la Resurrección y la alegría
por la terminación de las obras efectuadas en el histórico
templo. Durante todo el recorrido, y en un ambiente nuboso y
frío que sintetizaba lo que ha sido la Semana Santa del
2005, la hermandad del Resucitado concitó la expectación
de muchos cordobeses y visitantes, entre los que se hicieron
notar, por sus bufandas rojiblancas, los componentes de una
peña esportinguista que había venido desde Gijón
para presenciar el partido de fútbol de la tarde.
TRES BANDAS Tres bandas llevaba la procesión para hacer
notar sonoramente la presencia de la cofradía: abría
el cortejo la banda de cornetas y tambores Santo Rostro de Santaella;
tras el paso de misterio era la agrupación musical de
la Presentación al Pueblo la que hacía vibrar
sus tambores, y el paso de palio de la Virgen de la Alegría
era seguido por la banda de música Amueci, de Ecija,
que ayer hizo doblete cordobés.
El principal estreno que presentaba la hermandad, además
de las obras del templo, ha sido la terminación de la
fase de dorado del paso de misterio, llevada a cabo por el sevillano
Calvo y que ha afectado a los respiraderos, que ayer se mostraban
en todo su esplendor. Sobre el paso, de un ajustado exorno de
claveles rojos, el titular tallado por Miñarro en 1988
se elevaba del Sepulcro entre el misticismo que le presta el
ángel y el estupor de dos soldados romanos, piezas todas
ellas de Antonio Bernal.
En cuanto al paso de palio, en el que destacaba el frontal de
rosas de color blanco roto de las ánforas, la Virgen
de la Alegría caminaba al son de marchas alegres y en
su mayor parte correspondientes al más reciente repertorio
de música procesional. La transparencia de la malla del
palio recordaba que, una vez terminado el paso de misterio,
la atención de la cofradía se dedicará
al de la cotitular.
Hubo nubes durante casi toda la procesión, pero el sol
se asomó en Capitulares para verse reflejado en el pan
de oro.
La hermandad de la Sentencia llevó a San Nicolás,
en procesión, los dos pasos que tuvieron que refugiarse
el Lunes Santo ante la amenaza de lluvia.
Acompañada por un buen número de cofrades --esta
vez ya vestidos de paisano-- se formó la procesión
de retorno a su templo, acompañada por las bandas de
cornetas y tambores de la Expiración de Morón
(en el primer paso) y Amueci de Ecija (en el paso de palio).
El Ayuntamiento no autorizó que la procesión de
regreso cubriera el itinerario que la cofradía no pudo
cubrir el Lunes Santo (hacer carrera oficial y llegar a San
Nicolás por Gondomar), por lo que usó para llegar
a su templo de origen el mismo camino que había empleado
a la ida por Judería, Conde y Luque y Deanes.