(Comentarios de Francisco Javier Martín
González)
“Pasión entre Sevilla y Córdoba”
es el segundo trabajo discográfico de la Banda de Música
“Santísimo Cristo de Confalón”, la
cual tengo el placer de dirigir musicalmente en estos momentos.
Si nuestra primera tentativa discográfica ya supuso
en su momento una experiencia única y un reto de superación
para los músicos que conformamos esta banda, este segundo
trabajo supone la afirmación de ese progreso cualitativo
que la banda viene mostrando desde sus inicios en el año
1992.
Con esta grabación hemos querido destacar las dos provincias
andaluzas donde mayormente hemos venido desarrollando nuestra
labor concertística y procesional, así como dejar
entrever un nexo de unión musical entre estas dos capitales
tan próximas y personales a la vez.
Para ello, hemos estructurado este trabajo en cinco marchas
dedicadas o elaboradas en torno a la capital hispalense y otras
tantas a la ciudad de la Mezquita, para cerrar con una marcha
muy propia de la Semana Santa ecijana.
Abrimos el disco con “Candelaria”, una marcha de
Manuel Marvizón que compuso expresamente para que fuera
interpretada en el Pregón de la Semana Santa Sevillana
del año 2001, que corría a cargo de su amigo,
el periodista Carlos Herrera. Y para corresponder a esta marcha,
hemos escogido “Vida de un Alma”, del compositor
cordobés Luis Bédmar, al que profesamos una gran
simpatía, admiración y respeto. Ambas marchas
muestran las inquietudes de dos compositores contemporáneos
por intentar exprimir al máximo las posibilidades de
la armonía, así como la intención de romper
con las estructuras clásicas de marcha procesional.
Continuamos con dos marchas dedicadas directamente a cada una
de las ciudades que nos ocupan. La primera “Sevilla Cofradiera”,
se trata de una excelente marcha que combina la fuerza y brillo
de las llamadas que realiza el viento metal con la delicada
melodía que introduce el autor a través de los
instrumentos de viento madera. La segunda, “Córdoba
Cofrade”, pertenece al afamado compositor Abel Moreno,
quién usando recursos de la música árabe
intenta reflejar el grandioso legado artístico que dicha
civilización aportó a esa capital.
“El Cachorro” y “Saeta Cordobesa” son
dos marchas de Pedro Gámez Laserna, cuya principal característica
es la introducción de una parte que evoca el cante de
un saetero. Este compositor logró tal fin de una forma
magistral, y aunque ambas marchas muestran similitudes en algunos
rasgos, consiguió hacer dos ediciones, cada una con carácter
propio, y que dedicó a cada una de las ciudades donde
el compositor descubrió la grandeza del mundo cofrade.
“Virgen del Dulce Nombre” supone la recuperación
de una marcha de Pedro Morales, que aunque responde a los cánones
comunes en cuanto a la estructura de una marcha procesional,
encontramos algunos elementos melódicos la hace destacar
frente a las demás marchas de este carácter. Y
correspondiendo a esta tipología de marcha procesional,
está “Paz y Esperanza”, una marcha dedicada
a la Virgen de la Paz de Córdoba que ocupa un lugar especial
en nuestro repertorio procesional.
Por último, no podíamos dejar pasar la posibilidad
de incluir la marcha más antigua del repertorio sevillano,
“La Quinta Angustia”, en la que hemos recuperado
su introducción que fue desapareciendo en recientes ediciones
y que hemos podido rescatar de los archivos. Y la última
marcha cordobesa que hemos incluido es “Paloma de Capuchinos”,
una marcha fúnebre de Francisco Melguizo de gran arraigo
en esta ciudad.
Finalmente, hemos querido cerrar este disco con una marcha muy
nuestra y a la cual le tenemos mucho cariño por tratarse
de una de las primeras que entró a formar parte de nuestro
repertorio procesional, y que aún hoy día conservamos
y gustamos de interpretar. Se trata de “A San Antonio”
de Sanchís y Texidor, una marcha muy simple que cuenta
con buen gusto por el trato de la melodía.
En cuanto a la interpretación realizada en este disco,
se puede acusar un diferente tempo en función de la marcha
interpretada. Se debe mayormente al intento de diferenciar la
marcha de concierto, de la marcha puramente procesional. Y es
que, personalmente, considero que las marchas de minuciosa elaboración
instrumental, se ven mermadas en demasía al ser interpretadas
en desfile. Por ello creo que cada estilo de marcha debe tener
sus condiciones idóneas de interpretación, para
conseguir transmitir todo lo que el autor quiso reflejar en
su creación.
Sin más y agradeciendo a Melody Record la confianza
que ha depositado en nosotros, esperamos que la selección
de marchas cofrades que en este disco presentamos sea del agrado
de todos.
Un saludo.