El Palacio de Benamejí se quedó pequeño
para albergar la gran cantidad de ciudadanos que se dieron cita
la mañana del pasado 28 de febrero en el acto de entrega
de los Premios Ecijanos del Año 2004. Acto presidido
por el alcalde de la ciudad, Juan Wic, y el delegado de Turismo,
Comercio y Deporte, Francisco Obregón, y que estuvo conducido
Fernando Martínez, parlamentario andaluz y delegado de
Participación Ciudadana en el Ayuntamiento de Écija,
no en balde estos galardones estaban promovidos por esta delegación,
aunque elegidos por las distintas asociaciones vecinales de
la ciudad.
Premio que en su categoría de Ecijano del Año
recayó en Rafael Sánchez Álvarez, la persona
de más edad del municipio, 103 años, que a pesar
de ello acudió al acto y demostró su buen estado.
Casado y padre de 8 hijos que ya le han dado 24 nietos y 12
bisnietos, trabajó durante 35 años en el Cinema
San Juan y es una de las personas más queridas en su
barriada, las Casitas Baratas. Como señaló Fernando
Martínez, su elección para este galardón
vino motivada por su gran calidad humana y por personificar
la deuda que las generaciones más jóvenes tienen
contraída con las personas de edad.
En la modalidad de Personaje del Año, la distinción
recayó en Juan Gabriel García Ruiz, por su destacado
compromiso social, tanto en el movimiento vecinal, es el presidente
de la asociación Pagos del Villar, como en el de voluntariado,
ya que preside la Asociación Aproni, la Fundación
Internacional Aproni y es el coordinador de la Asociación
de Voluntarios de Écija (AVE) que aglutina a los distintos
movimientos de voluntarios de la ciudad. Militar de profesión,
aunque desde hace unos años en la reserva, este cordobés
de Pozoblanco lleva en la ciudad 19 años y plenamente
integrado. Premio que en el momento de su recepción Juan
gabriel García quiso hacer extensivo a todas las personas
que “desde el anonimato tienden su mano a quien la necesita
y a cuantas asociaciones y colectivos hacen su trabajo solidario
sembrando ilusiones y esperanzas”
En la última de las modalidades, el Premio a la Entidad
del Año fue para la Asociación Amigos de Écija,
que precisamente el año pasado cumplió sus 25
años de vida de ininterrumpida labor en la defensa y
promoción del patrimonio histórico-artístico
y cultura de la ciudad. Motivos más que sobrados, según
señaló Fernando Martínez, para hacerse
acreedora a esta distinción y homenaje. Un galardón
que recibió el presidente de la Asociación, Fernando
del Pino, que agradeció en nombre de sus compañeros
la distinción, añadiendo que eran merecedoras
a igual reconocimiento cuantos han trabajado por la cultura
y el patrimonio de Écija.
Por último, tras la entrega de un ramo de flores a los
galardonados y de los premios, unos platos de bronce obra del
artista ecijano Rafael Amadeo Rojas, tomó la palabra
el alcalde, Juan Wic, quien destacó que todos ellos,
personas y entidad galardonada, tenían méritos
más que sobrados para rendirles este homenaje público.
Asimismo, insistió en el carácter de premios populares
y no elitistas, “ya que es el pueblo, a través
de sus asociaciones de vecinos, quienes lo conceden, así
que bien podemos decir que son unos premios del pueblo para
el pueblo”.
Tras destacar las virtudes básicas de cada uno de los
galardonados, y constatar la gran cantidad de personas que se
dieron cita en el acto, aseguró que a pesar de ser tan
sólo la segunda edición de estos premios ya estaban
consolidados y eran sin duda uno de los actos señeros
de la celebración del Día de Andalucía.
En este sentido, el alcalde realizó un discurso marcadamente
político y reivindicativo del especial significado del
28 de febrero, “como día -señaló-
en que los andaluces ganamos en las urnas nuestro propio derecho
a ser iguales ante otras comunidades”, recordando las
trabas que para ello se tuvieron que superar. Además,
hizo hincapié en que la celebración de este año
no era una más, al cumplirse los 25 años, etapa
que calificó como “la de más progreso y
la más fructífera de nuestra historia”
También dedicó sus reflexiones al reto actual
de reformar el Estatuto de Autonomía para “adaptarlo
a la nueva realidad social y profundizar en el autogobierno,
pero siempre aportando una idea activa e integradora de España
basada en la tolerancia y los principios de la solidaridad”,
para concluir expresando su rechazo a cualquier movimiento que
pueda suponer la “ruptura o la desigualdad entre las distintas
comunidades que conforman el Estado español”.