La
Obra Social “la Caixa” exhibe en Écija
una selección de los 100 carteles creados en 2001 con
motivo del centenario de la muerte del artista Toulouse-Lautrec
.
La exposición
Diseñadores para un mito. Homenaje a Toulouse-Lautrec,
se podrá visitar en el Museo Histórico Municipal.
Palacio de Benamejí de Écija (C/ Cánovas
del Castillo, 4) del 6 de junio al 8 de julio de 2011.
Del 6
de junio al 8 de julio de 2011
Museo
Histórico Municipal. Palacio de Benamejí
C/ Cánovas del Castillo, 4
Écija (Sevilla)
Horario:
De martes a sábado, de 10 a 14 h y de 20 a 22 h
Domingos y festivos, de 10 a 14 h
Lunes, cerrado
Visitas
escolares:
Previa cita al teléfono 955 900000. Ext. 4064 (Delegación
Municipal de Cultura)
Visitas
guiadas:
De martes a sábado a las 20 h. Domingos a las 12 h
Entrada
gratuita
La muestra
Diseñadores para un mito. Homenaje a Toulouse-Lautrec
está dividida en dos ámbitos. En el primero
de ellos encontramos los carteles contemporáneos que
hacen referencia a la sugerente personalidad del artista y
a toda la iconografía que lo rodea. Bombín negro,
bastón y las numerosas apariencias bajo las que Toulouse-Lautrec
se dejó fotografiar, han servido como fuente de inspiración
a los diseñadores gráficos en su homenaje a
este artista. A continuación, encontramos los carteles
basados en el mundo del espectáculo y la noche parisina,
de los que Toulouse-Lautrec fue excelente cronista.
Asimismo
la exposición refleja las distintas tendencias contemporáneas
del diseño gráfico, ya que reúne obras
de diseñadores tan dispares como Javier Mariscal, Isidro
Ferrer, Anthon Beeke, Paula Scher, Seymour Chwast, Ikko Tanaka
y Alan Fletcher, entre otros. Cada uno de ellos aporta su
visión personal de la figura y de la obra de un artista
imprescindible para entender la evolución del arte
no sólo en el siglo XIX, sino también en el
XX.
El pintor
y litógrafo Henri Marie de Toulouse-Lautrec nació
en 1864 en Albi (Francia). Descendiente de los condes de Tolosa,
fue un personaje encantador dotado de una atractiva personalidad.
En 1885, se instaló en Montmarte e inició una
vida bohemia; frecuentaba cafés, cabarets, prostíbulos
y teatros que reflejó en sus obras. Trabajó
para la mayoría de cabarets parisinos, y cultivó
la técnica del pastel y la ilustración en revistas
humorísticas. El abuso del alcohol le llevó
a retirarse a una clínica de Neuilly y, más
tarde, al castillo de Malromé, donde murió en
1901.
Aunque
a lo largo de su vida sólo realizó una treintena
de carteles, revolucionó el lenguaje del diseño
gráfico e impactó de manera decisiva en el desarrollo
posterior del mismo. Aportó al cartelismo los colores
planos y la perspectiva de la estampa japonesa, introduciendo
al espectador como personaje de la escena. También
utilizó la tipografía poniéndola en relación
con las ilustraciones de forma sorprendentemente rica e imaginativa.