Ha sido promovida por la Asociación Amigos de Écija
y subvencionada en el 90% por la Consejería de Turismo
y ejecutada por Pablo Ojeda O’Neill
Hay iniciativas y actuaciones que, aunque pequeñas,
marcan un antes y un después. Y este es el caso de la
restauración de la hornacina del convento de Santa Teresa,
promovida por la Asociación de Amigos de Écija,
que ha contado con la inestimable subvención de la Consejería
de Turismo. En primer lugar porque con ella se ha recuperado
para la ciudad uno de sus patrimonios, seriamente dañado
hasta el momento, pero, sobre todo, por su carácter simbólico,
en tanto ha supuesto un salto de cualidad, pues si hasta ahora
la Asociación de Amigos de Écija cubría
un papel básico como centinela y guardián del
patrimonio local, atenta a denunciar cualquier atentado contra
el patrimonio -además de su encomiable labor de promotora
y difusora de la cultura, ahora además ha dado el paso
al frente de promover incluso actuaciones concretas de recuperación
y defensa del patrimonio local.
Una restauración realizada por Pablo Ojeda O’Neill,
que ha supuesto una inversión de 10.900 euros, de los
cuales la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte ha
aportado 9.810, mientras el resto lo ha puesto la propia Asociación
de Amigos de Écija. Hornacina situada en la fachada del
Convento de Las Teresas, de autor desconocido, fechada ente
los siglos XVII y XVIII, y que es uno de los muchos hitos urbanos
de clara evocación religiosa que por fortuna aún
se conservan en la ciudad, aunque ha estado a punto de perderse
por el simple deterioro del paso del tiempo y la ausencia de
cuidado para su perseveración.
Aunque de pequeño formato, la hornacina tiene unas medidas
de 2 por 3 metros aproximadamente, la actuación no ha
estado exenta de una gran complejidad. Realizada en obra de
mampostería de ladrillo, la actuación ha supuesto
la restauración de la carpintería, de la pintura
mural y, además, la instalación de iluminación
que la resalte como debe ser, eliminándose los antiguos
portalámparas que con tan poco gusto se habían
puesto sobre la propia cruz. Una hornacina que conservaba, aunque
muy deterioradas, unas pinturas murales que con anterioridad
se debían prolongar en el resto de la fachada del Convento
de las Teresas, con rompimiento de cielo con cabezas de querubines,
además del fondo de pintura al temple de carácter
alegórico sobre la que se situa la cruz de madera, además
del tejaroz de este mismo material policromado, todo lo cual
ahora se ha recuperado brindando una imagen de la hornacina
que ni los más mayores ya recordaban.
La inauguración de esta restauración tuvo lugar
el pasado domingo 5 de junio. A ella asistieron el alcalde de
la ciudad, Juan Wic; el delegado provincial de Turismo, Comercio
y Deporte, Francisco Obregón; y el presidente de la Asociación
Amigos de Écija, Vicente Mazón, al frente de una
amplia representación de la Asociación; además
de otras personalidades como el arcipreste de la ciudad, Esteban
Santos; y el restaurador de la hornacina, Pablo Ojeda. Acto
que se inició con unas palabras de reflexión por
parte de estas personas en la capilla del propio convento, para
ya posteriormente procederse a descubrir la actuación
desarrollada en poco más de un mes de intenso trabajo.
En el acto de toma de palabra, el presidente de la Asociación
de Amigos de Écija señaló que la elección
de esta actuación vino determinada por un interés
de continuidad en la labor de rehabilitación del Convento
de Las Teresas, ya que con anterioridad también promovieron
que la espadaña, seriamente dañada, fuera restaurada,
además de que pretenden que en breve se sigan las actuaciones
en este punto actuando sobre las pinturas o sobre las campanas.
Vicente Mazón también destacó el compromiso
de su Asociación por velar por el patrimonio local y
agradeció la ayuda prestada por el delegado provincial
de Turismo para sufragar el 90 por ciento del coste de la actuación.
A continuación fue Pablo Ojeda quien ilustró a
los presentes sobre la rehabilitación de la hornacina
por él realizada, teniendo palabras de agradecimiento
para las personas que le ayudaron, como los empleados de la
empresa constructora Rafael Sánchez o de Electricidad
Jiménez, señalando que el camino emprendido con
la recuperación de este item urbano debía proseguir
con los otros muchos que existen en la ciudad.
Seguidamente llegaron las palabras de la madre priora del convento,
que desde la celosía agradeció la labor de la
Asociación Amigos de Écija al impulsar esta actuación,
señalando que toda Écija es arte, una belleza
“que debe ayudarnos a serenar nuestro ánimo”.
Y en parecidos términos se expresó el arcipreste
de la ciudad, que dijo que había que hacer de Écija
una ciudad museo, en tanto atesora un patrimonio y una historia
de primer orden que debe ser preservada y transmitida a las
próximas generaciones.
Por su parte, el delegado provincial de Turismo, Comercio y
Deporte se comprometió a apoyar tanto desde su delegación
como la de Cultura proyectos de estas características.
Por un lado para propiciar recuperar los muchos elementos del
patrimonio como para que sirvan de promoción turística
a la ciudad. En este sentido, anunció que se iba a proceder
a confeccionar un plan concreto de actuaciones en la ciudad
sufragado por la Junta de Andalucía para los próximos
años, adelantando que de forma inminente se va a proceder
a restaurar el firme de la calle Nueva, que es donde se inserta
el Convento de Las Teresas, ahora muy deteriorado.
Por último, tomó la palabra el alcalde de la ciudad,
que recordó que en el pasado Écija llegó
a ser la tercera ciudad más importante de Andalucía,
detrás de Sevilla y Córdoba, lo cual había
supuesto un legado de riqueza cultural y patrimonial de primer
orden “que nos compromete y nos obliga a estar empeñados
en conservarlo, recuperarlo y ponerlo en valor”. Además,
resaltó tanto la sensibilidad de los ciudadanos astigitanos
con este legado como el apoyo que desde la Junta se está
brindando al Ayuntamiento en esta labor, adelantando que en
breve se tendrán noticias de importantes actuaciones
en esta materia en nuestra ciudad. Por último, Juan Wic
señaló que el camino adecuado es el de la colaboración
y diálogo entre las distintas administraciones y los
colectivos locales para, al unísono, trabajar y caminar
en la misma dirección, si bien recordó que no
todo se puede hacer a la vez, sino mediante un proceso continuado
y sin pausa.
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