(ARTÍCULO RECOGIDO DE
INTERNET de la Agencia de Latinoamérica)
La intensa ola de calor provoca apagones en algunos lugares
de España como Sevilla, y pone a prueba la capacidad
y eficacia de la red eléctrica nacional, cuyas inversiones
no marchan al ritmo del consumo.
Con temperatura al sol cercana a los 45 grados en ciertos momentos
del día, la canícula veraniega ya empieza a hacer
estragos con un aumento insoportable del consumo energético
que bloquea la red y hace estallar transformadores.
Los apagones más prolongados han sido reportados en
numerosas localidades sevillanas donde han sido afectados decenas
de miles de hogares y establecimientos, lo que ha obligado al
gobierno andaluz a abrir un expediente informativo a la compañía
Endesa para determinar las razones del corte.
Por segundo día consecutivo, la empresa activó
su plan de emergencia, mientras que el Ayuntamiento de Sevilla
y la Junta de Andalucía crearon sendos gabinetes de crisis
para atender las urgencias.
Según reportes oficiales están ocurriendo apagones
en Sevilla y otras localidades andaluzas como Algeciras (Cádiz),
Dos Hermanas, Alcalá de Guadaira y Bollullos de la Mitación.
Los afectados ayer en toda la provincia superaron los 122 mil
200.
En Andalucía se dice que está el lugar más
caliente del mundo, una localidad nombrada Ecija que se le conoce
como la sartén andaluza por estar construida en un hueco.
Curiosamente su atractivo turístico es el intenso calor,
y su propaganda consta de un calendario en el que se señala
el año 1995 con una temperatura récord mundial
aún vigente de 50,5 grados centígrados.
En Ecija la columna de mercurio se mantiene en verano casi
siempre por encima de los 45 grados
La empresa de electricidad pidió a los usuarios limitar
el consumo de energía y que los afectados por los cortes
desconectasen sus aparatos eléctricos para agilizar la
recuperación de las líneas.
Los calores provocaron el año pasado la muerte de 141
personas en toda España, y los científicos estudian
la incidencia de las altas temperaturas en decesos posteriores
al verano por enfermedades crónicas que podrían
agravarse por los nocivos efectos caniculares.
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ARTÍCULO ORIGINAL EN PRENSA LATINA)