El avispero político en que se ha convertido Écija
tras las últimas elecciones municipales vivió
ayer un nuevo episodio con la comparecencia ante el juez de
los tres dirigentes del PSEI. Carmen Castilla, Manuel Castilla
y Fernando Gajete acudían al suntuoso Palacio de Justicia
astigitano para declarar en las diligencias previas incoadas
a raíz de una querella por calumnias presentada por José
Antonio Montero, cabeza de lista del PSEI y actual miembro del
grupo municipal del PSOE. El haberle llamado "tránsfuga"
les ha costado un paseo por los juzgados a los miembros del
partido independiente, que se ratificaron en sus acusaciones
delante de su señoría.
La presentación de ocho candidaturas a los comicios
locales no auguraba nada bueno. Lo que puede parecer una rica
y fructífera actividad política en un municipio
de 38.000 habitantes sólo responde a la peculiar idiosincrasia
de los partidos ecijanos y a los restos de varias luchas intestinas.
Los conservadores de Écija votan al PA, aunque en las
nacionales opten por el PP. Los dirigentes del PSOE terminan
formando un Partido Socialista Ecijano Independiente al ser
expulsados tras rechazar al candidato que le quieren imponer
desde Sevilla. Y obtienen los mismos concejales que el PP. Del
río revuelto de la izquierda local se aprovechan los
pescadores de IU que triplican su representación municipal,
mientras que UAPI, PSA-NI y Los Verdes se quedan fuera del salón
de plenos. El PA vence en número de votos con siete ediles,
el PSOE también saca siete, IU obtiene tres y PP y PSEI
logran dos.
Cantado el pacto PSOE-IU, el PSEI tiene la llave de la gobernabilidad
municipal, pero su asamblea opta por no apoyar la entente por
126 votos contra 43. Aquella noche del 13 de junio ocurren extraños
sucesos por los que el cabeza de lista de los independientes
pasa a votar a favor del PSOE, convirtiéndose luego en
concejal delegado de Asuntos Sociales, Salud, Consumo y Cementerio
y octavo miembro del grupo socialista en el Consistorio. El
término tránsfuga tarda muy poco en salir de la
boca de sus antiguos compañeros. Tras esta enrevesada
madeja de siglas y enroques se esconde un polvorín político
que no ha hecho más que empezar. Los vecinos, pendientes
ya de las vacaciones, no pierden mucho tiempo en devanarse los
sesos con una nueva muestra de que en la cosa pública
-no sólo la danesa- huele a podrido.
En los veladores del Salón se desconfía tanto
del tránsfuga como de los vaivenes políticos de
sus antiguos compañeros de travesía, cuya gestión
municipal fue cuestionada. Al que opina que Montero ha apostado
por la gobernabilidad de Écija le contesta el que desgrana
el hecho incuestionable de que encabezó un partido para
pasarse luego a otro.
Y la primera sensación que transmiten la concejal que
queda del PSEI, Carmen Castilla, y sus dos compañeros,
Manuel Castilla y Fernando Gajete, es la de haber sido traicionados.
Embarcarse en una lucha interna del PSOE, fundar un nuevo partido
y que se te pasen a la competencia no es fácil de asimilar.
Por ello reiteraron sus acusaciones de transfuguismo y traición
política en el Juzgado de Instrucción número
1 de los de Écija.
Mientras, el PSOE e IU resaltan la deuda dejada por el anterior
gobierno del PA; éste estudia llevar el caso del tránsfuga
a la Fiscalía Anticorrupción; Izquierda Unida
asume una megaconcejalía de Urbanismo y Hacienda; el
PSEI y el PA proponen una comisión de investigación
que no sale adelante; y los jueces ecijanos se preparan ante
la batería de comparecencias y acusaciones que les queda
por estudiar en los próximos meses.
El reparto de las delegaciones municipales también tiene
sus lecturas. José Antonio Montero -que se vio envuelto
en una acusación de malos tratos por parte de su hijastra-
asume una concejalía de Salud que gestiona la cuarta
parte del presupuesto municipal, principalmente por la adscripción
local del Hospital de San Sebastián. Izquierda Unida
recibe las dos delegaciones más codiciadas en cualquier
Ayuntamiento -Urbanismo y Hacienda- y gestiona más áreas
de los tres ediles que tiene.
En lo que sí coinciden todos los implicados es en la
poca conveniencia de meter el nombre de Écija en la geografía
nacional de los escándalos y las mudanzas políticas.
Por lo pronto, han provocado que la actual corporación
local esté a diario en los juzgados.
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DE SEVILLA