A la aldea de Cañada del Rabadán, perteneciente
a la Colonia de Fuente Palmera, han llegado los ecos de que
el pago de parte de sus impuestos puede cambiar en poco tiempo.
Los vecinos de este núcleo, históricamente, abonan
el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de rústica al Consistorio
sevillano de Écija, mientras que el IBI de urbana los
depositan en el de Fuente Palmera.
Esto es así porque la provincia de Córdoba forma
un enclavado con la de Sevilla, en la que precisamente se ubica
Cañada del Rabadán. Ahora, después de que
el Gobierno central está revisando la situación
catastral del municipio sevillano, algunos temen que esta situación
peculiar en el pago de los impuestos desaparezca. "Algo
he oído de que tienen que negociar una cuestión
entre los ayuntamientos de Écija y Fuente Palmera relacionado
con la contribución", explicaba ayer uno de los
parroquianos del Hogar del Pensionista. No obstante, hay quien
al ser preguntado por si tiene algún problema a la hora
de abonar el IBI rústico y urbano en un municipio u otro,
responde de forma unánime que "a la hora de pagar
se encarga el banco y da igual que se cobren de un sitio o de
otro", responde otro de los pensionistas.
Lo que sí está claro es que esta aldea se siente
mucho más cercana a Fuente Palmera que a Écija;
"para resolver cualquier papeleo vamos al Ayuntamiento
de la Colonia y cuando votamos lo hacemos para elegir a nuestros
representantes en ese Ayuntamiento", dice otro vecino.
Una joven añade que "formamos parte de la Colonia,
tenemos sus mismos apellidos raros y sabemos que todos procedemos
del mismo lugar, que somos colonos, y el núcleo central
se encuentra más cerca de aquí que de Écija".
El edil de Hacienda ecijano, Salvador Bustamante (IU), reconocía
ayer que la situación de la aldea es "una tanto
atípica, ya que los vecinos están inscritos en
Fuente Palmera aunque físicamente viven en Écija".
Bustamante localizó el origen "en la colonización
de Carlos III", aunque matizó que la voluntad del
Ayuntamiento sevillano es, "actualmente", la de no
modificar el "statu quo" de los habitantes de la Cañada
del Rabadán, a la vez que insistía en que ellos
no han instado "a nada" al Ayuntamiento colono para
cambiar el histórico acuerdo entre ambos consistorios.
Sin embargo, reconoció contactos entre los dos alcaldes
"para éste y otros temas" y apeló a
la búsqueda de una solución "que podría
pasar por negociar la modificación de los términos
municipales, ya que hay mecanismos de compensación legales"
que no perjudicarían a ninguno de los ayuntamientos.
Mientras, el Consistorio de Fuente Palmera guarda silencio
y en el vecindario de la aldea aumenta la curiosidad por saber
qué pasará. El acuerdo parece lo más lógico,
aunque para ello hay que contradecir y rectificar al mismísimo
Carlos III.
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