Nota
de prensa de
Agustín Martín de Soto,
autor del cartel
rechado de la Semana Santa de Écija 2011.
Con
motivo de la desestimación de mi propuesta de cartel
para la Semana Santa 2011 por parte del Consejo de Hermandades
y Cofradías de Écija, he de hacer varias consideraciones
a fin de que se conozca, no sólo la versión
oficial del Consejo, sino también la mía propia
como profesional afectado por dicha decisión.
( 1 ) El comunicado de prensa editado por el Consejo de Hermandades,
hace
alusión a «ciertas diferencias de criterio entre
el autor y el Consejo en el modo de
plasmar la imagen de nuestra Semana Mayor en el cartel anunciador».
Por este motivo, he decidido hacer público ese cartel,
para que sea la opinión pública en general,
con su soberano criterio, la que decida si se trata de una
manera respetuosa y adecuada de representar nuestra Semana
Santa. Entiendo que, sin la publicación y visualización
de dicho cuadro, es muy difícil tener elementos suficientes
de valor para formarse un juicio.
( 2 ) En el momento del encargo, no se me comunica por parte
del Consejo
ningún criterio de ejecución ni compositivo.
Sólo se me informa que la corporación a la que
se dedicaría el cartel es la Hermandad de La Merced.
Por ese motivo, opto por
introducir elementos identitarios de la misma, tales como
detalles del frontal del palio, un nazareno con el hábito
de la Hermandad y un monaguillo que porta la medalla que representa
a todos los hermanos. Además, siguiendo la tradición
de los carteles de la Semana Santa ecijana, introduzco también
un elemento arquitectónico, en este caso la portada
del Palacio de Peñaflor.
( 3 ) El Consejo solicita un boceto del cartel. Después
de estudiarlo, me
comunica que el único inconveniente que observan es
el retrato del monaguillo, pues se trata de un joven fácilmente
reconocible por el público. Habida cuenta de que en
otras capitales de provincia se ha retratado habitualmente
en los carteles, tomando las medidas suficientes para evitar
los problemas legales, considero que a esta observación
del Consejo he de sumar una consulta profesional. Para ello
acudo a un artista de reconocida fama en España, el
cual me aconseja que, como solución de compromiso,
se idealice el rostro del niño por tratarse de un hecho
meramente anecdótico dentro de la composición
general. El Consejo acepta esta propuesta, que resuelve el
único inconveniente manifestado.
( 4 ) El Consejo no hace el preceptivo seguimiento del cartel,
sino que sólo lo
contempla el día de su entrega. Tampoco se realiza
la habitual visita de cortesía con la Hermandad para
conocer la obra en el taller. Una vez recibido el cuadro,
sin ponerlo en mi conocimiento, sí se realizan varias
visitas a la obra de al menos dos hermanos mayores a los que
el Consejo solicita su opinión, en contra de la costumbre
habitual.
( 5 )
Cuatro días después de la entrega, el presidente
del Consejo se pone en
contacto conmigo y refiriéndose al niño me comunica
literalmente que «esto no puede ser, esto hay que quitarlo
porque supone un problema par a el Consejo». Después
de comunicarle que no existían problemas legales derivados,
me pide que piense la solución que le puedo dar al
problema. Para ello me proponen difuminar la cara del niño,
lo cual técnicamente no procedía al encontrarse
en primer plano; también me proponen colocar en su
lugar algún elemento de la imaginería o el patrimonio
de la Hermandad.
( 6 ) Expreso al Consejo que no entiendo el sentido de dichas
modificaciones ni
la intromisión en los elementos compositivos de la
obra por carecer éstos de criterio
artístico y consecuencias legales. Por dicho motivo,
les comunico la decisión de retirar la obra ante la
falta de apoyo al proyecto. Para ello, acudo a una reunión
con los tres miembros de la junta superior del Consejo, en
la que me aseguran que les gusta el cartel, pero que me sugieren
que elimine el retrato, lo cambie por otro elemento o que
lo vista de nazareno. Yo les comunico que la composición
tiene un sentido para el que es necesario ese elemento, que
expreso más abajo.
( 7 ) A renglón seguido, en esa misma reunión
aparecen, por primera vez, dos
nuevos elementos de rechazo de la obra. En primer lugar, el
Consejo me dice que la
Hermandad le ha expresado su queja por no aparecer los titulares
en el cartel. La
segunda observación, por su parte, obvia ya el grado
de naturalismo del retrato del niño, para objetar que
la Hermandad pierde protagonismo en la composición.
En conclusión, la junta superior resume su parecer
expresándome que he roto la línea de los anteriores
carteles de la Semana Santa de Écija y que nuestra
Ciudad no está preparada para un
cartel de esas características. Estas últimas
apreciaciones, no las hicieron el día en el que aprobaron
el boceto. Por ese motivo, entiendo que es una falta de respeto
a mi profesión manifestarme una serie de excusas para
modificar la obra a su criterio una vez que estaba concluida.
El Consejo me propone pagarme la obra con la condición
de que no sería editada. Yo antepongo el valor de ésta
como aportación a nuestra Semana Santa antes que el
valor del dinero.
( 8 ) Como último punto, quisiera aprovechar esta única
oportunidad que se me
brinda para explicar brevemente la obra. El cartel centra
su composición en la figura de un nazareno ataviado
con el hábito de La Merced portando la bandera de la
Hermandad, el cual divide la obra en dos zonas. A la izquierda,
se representa el frontal del paso de la Virgen, centrando
la atención en la Virgen del Valle, patrona de Écija.
La Virgen de la Piedad, cuya advocación recoge también
el faldón del palio, aparece retratada tal y como procesionó
en la Semana Santa de su V Centenario, portando par a ello
el fajín que la Hermandad solicitó a la Asociación
Parroquial de “El Olivo”. De ese modo, he querido
expresar la antigüedad y la continuidad en la vida de
las Hermandades ecijanas como se recogió bellamente
en aquel día histórico para nuestra Hermandad
más antigua. A su derecha, en la parte inferior aparece
reflejado en primer plano la figura de un monaguillo con la
medalla corporativa, el cual representa la juventud y el futuro
de nuestra Semana Santa, además de la transmisión
generacional de esta tradición de padres a hijos.
En
la parte superior derecha se representa el Palacio de Peñaflor,
manifestando su importancia en la arquitectura civil astigitana.
El efecto trasparente del paño de la bandera pretende
ser a la vez una evocación de nuestros recuerdos y
un modo de manifestar el paso efímero de estas fechas
en nuestras vidas.
Espero que estas anotaciones contribuyan a clarificar los
criterios utilizados por
el Consejo y los aspectos técnicos y artísticos
desde los que he planteado el cartel con el que he deseado
promocionar la Semana Santa de mi Ciudad. Sin lugar a dudas,
la obra más importante para mí en el plano profesional,
pero, sobre todo, en el sentimental y humano.
Agustín
Martín de Soto
Licenciado en Bellas Artes
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