Según la tradición católica, hace unos
2.000 años Herodes ordenó asesinar en Belén
a todos los varones menores de dos años. Desde entonces
la Iglesia Católica dedica el 28 de diciembre a conmemorar
la muerte de estos Santos Inocentes. No se sabe muy bien el
por qué pero la tradición ha evolucionado hasta
el punto de gastar bromas e inocentadas a los más allegados
en este día.
En la oficina, en la calle, en casa o incluso los medios de
comunicación dedican este día para gastar pequeñas
bromas con el fin de divertirse riéndose a costa del
que sufre la inocentada. Dependiendo del grado del ‘chiste’
el inocente puede pasarlo muy bien o enfadarse demasiado, así
que lo importante es gastar bromas de buen gusto. Para esto,
las tiendas especializadas en artículos de bromas ofrecen
todo tipo de alternativas para llevar a cabo cualquier gracia.
La ‘mierda’ de plástico envuelta en un bonito
papel de regalo siegue siendo año tras año la
estrella en el día de los Santos Inocentes. También
hay quien se decanta por poner pequeños petardos en los
cigarrillos de los compañeros de trabajo (así
se matan dos pájaros de un tiro, se gasta la broma y
se intenta que deje de fumar. Un tema muy de moda últimamente).
Estos productos en su mayoría tienen un precio muy asequible,
por menos de un euro uno puede hacerse con el típico
terrón de azúcar con mosca incluida, con bombitas
fétidas, con el paquete de chicles eléctricos
o con bombones rellenos de pimienta.
Para quien aún así prefiera ahorrar en estas
fiestas siempre estará el socorrido muñeco de
papel para colocarlo en la espalda del inocente de turno.
Los establecimientos que se dedican a la venta de estos artículos
suelen hacer su agosto en estas fechas, no sólo el 28
de diciembre, sino también en Nochevieja. Paco Martínez,
encargado de la tienda ‘La Ilusión’, asegura
que las compras no se realizan hasta última hora, “cuando
más vendemos es el mismo 28 de diciembre, a veces la
gente ni sabe que es el día de las inocentadas y en el
momento que se acuerdan vienen a llevarse cualquier artículo
de broma”. Paco asegura que no existe una edad determinada
para consumir estos productos, “en este día todo
el mundo gasta bromas, niños, jóvenes y abuelos,
aunque hoy en día los jóvenes están preocupados
por otras cosas”. Por ello, si usted no recordaba que
era el día de los Santos Inocentes, ya sabe, lleve cuidado
y mire bien a su alrededor, porque hoy puede ser el inocente
en casa o en el trabajo. Asimismo, si es su caso intente tomarlo
de la mejor forma posible porque en definitiva lo que se persigue
es divertirse en estas fechas navideñas.
Conmemorar el asesinato de los Santos Inocentes
La tradición nace 2000 años atrás en un
sanguinario suceso. Según la Iglesia Católica,
días después de que María alumbrara a Jesús,
en el portal de Belén, Herodes, aconsejado por los sabios
astrólogos de su reino, ordenó matar a todos los
varones de Belén menores de dos años, que podrían
ser el niño Jesús, el nuevo rey de los judíos
anunciado por los profetas. Por eso, el día 28 de Diciembre
la Iglesia Católica conmemora el cruel asesinato de estos
niños, los Santos Inocentes. Desde la Edad Media, monaguillos
y sacristanes recordaban este día, paradójicamente
con humor, y la tradición bromista ha seguido hasta la
fecha. En España, las inocentadas nacieron en la antigua
urbe romana de Écija, en la época del reinado
de Felipe II. La broma o inocentada más usual es recortar
un monigote de papel y pegarlo o clavarlo en la espalda de alguien
cercano, que lo lleva sin enterarse, con el general regocijo
(inocente, inocente,...). También se gastan bromas telefónicas,
se dan avisos falsos o se inventan noticias sorprendentes que
siembran la duda y conducen a las risas una vez descubiertas.
Es normal que en esta fecha aparezcan en los medios de comunicación
falsas noticias, algunas veces firmadas por un inexistente Inocencio
Santos. Los américanos también celebran este día
de los Santos Inocentes con el equivalente April Fool's Day.