Reflexiones
de Navidad. Perdona si no te envié el SMS...
por
Juan Palomo
Ayer me
llamó por teléfono mi buen amigo, Juan Méndez,
para felicitar las navidades como es acostumbrado en estas
fechas.
La noche
del 24 de diciembre y la del 31, se colapsa la red celular
con los SMS (mensajes de móviles), que pululan de un
lado a otro del país felicitando las fiestas y el año
nuevos a través de las distintas bandas y frecuencias.
Muchos millones de euros para las empresas de comunicación,
que supone también mucho gasto para los que lo utilizamos
y más en estos momentos de crisis. Total, como no se
ve lo que se gasta hasta que no llega el recibito…
Pero bueno,
aparte de la crisis, se preguntarán, a qué viene
todo esto… Resulta que Juan me comentó algo en
lo que realmente tiene mucha razón. Me decía…
“He decidido este año llamar por teléfono
a los amigos y dedicar aunque sea un minuto de charla y escuchar
la voz…no quiero perder la tradición de estos
contactos…” Esta palabras me han hecho recapacitar
y quiero darles a conocer mi humilde reflexión, porque
he sentido la necesidad de hacerlo.
Realmente
creo que tiene mucha razón. Es algo que quizás
hemos pensado hacer en alguna ocasión pero que la comodidad
del mismo mensaje repetido para todo el mundo y que salen
como ovejas descarriadas del móvil, hacen que la pereza
supere la intención. La comunicación entre las
personas cada vez se reduce a la mínima expresión:
“FELI NVDA Y K EL 2011 SEA BIEN”
Después
en enero nos llegará la factura de lo que tenemos que
añadir al pavo -- cada vez menos miedoso de que llegue
la navidad, ya que las gambas y el jamón llevan las
de ganar--, a la lotería de navidad, del niño,
al papá que “NO ES”, -- por lo menos español
porque es una americanada— y a los reyes, cada vez más
pobres en regalo porque resulta que ahora los regalos llegan
el 24 por la noche porque si no, los niños no tienen
tiempo de jugar, ya que el “cole” empieza muy
pronto.
Además
del frío mensaje telefónico, que también
nos llegan repetidos, ya que a algunos eso de copiar, pegar
y reenviar se les da de miedo, pues bien, ante este cartero
virtual nos estamos desvinculando de ciertos valores que al
menos, una vez al año, tendrían que estar presentes.
No olvidemos que por lo menos ahora (aunque sea otra vez por
culpa de la dichosa crisis), deberíamos concienciarnos
con esto y no enviar los dichosos SMS – a lo mejor termina
gustándonos--, ya que las conferencias a números
nacionales son gratis para los usuarios que tenemos Internet,
vamos, prácticamente para todos.
Hoy, tengo
más ganas que nunca de sentirme en algunas cosas tradicional.
Por ello, desde este momento, reivindico el belén,
el calor de la burra y el buey a tanto calefactor y aire caliente
–en todo caso el brasero de picón con un poco
de alhucema, como antiguamente, que daba ese ambiente navideño
--, sigo… los camellos con joroba a aquellos que joroban
a la sociedad con sus drogas, los pastores y las ovejas para
que nuestros hijos sepan como son –ya que seguro que
la mayoría no los han visto en plena naturaleza--,
el pescador en el puente y los peces en el río que
no sean pezqueñines, la castañera con el fogón
a ese horrible tubo chimenea para asar las castañas,
los reyes que ilusionados persiguen estrellas a los que lo
tienen todo a su servicio y que el nacimiento del niño
Dios nos haga llevar ilusión donde no la haya, ayuda
a quien la necesite y esperanza a los que viven estos momentos
desesperados.
Desde
estas líneas, pido perdón a los que no les ha
llegado mi SMS como todos los años, ya que cinco minutos
de conversación telefónica no han dado hoy para
muchos, -- con esto, me he dado cuenta que tengo muchísimos
amigos --, pero sí les digo que durante estos días
procuraré hacerles llegar mi felicitación y
mis deseos de forma más entrañable. Creo que
es bueno dejar de un lado, aunque sea por unos días,
una parte de nuestra vida impersonal, ya que tenemos la oportunidad
de mostrar los verdaderos valores que ocultamos, que aunque
no estén de moda, pensemos que el Niño Dios
sigue naciendo desde hace 2010 años.
Para que
no tepille tanto de sopetón, te dejo esta Felicitación
Digital porque a veces también en la tecnología
encontramos aspectos recurrentes y originales