La presentación tuvo lugar
el domingo 2 de Diciembre de 2007, a las 12,30 de la mañana
en la capilla del Sagrario de la Parroquia Mayor de Santiago.
Está compuesta por ocho láminas cyas fotografías
han sido realizadas por Ramón Soto.
El elemento arquitectónico conocido como cúpula
surge al tratar de abovedar un espacio cuadrado, generalmente
determinado por el cruce de dos bóvedas. Idealmente se
origina al girar un arco en tomo a su clave, pero, funcionalmente,
se constituye por un determinado número de arcos de clave
común, que forman radios curvos que parten de un centro.
La cúpula se compone de diversas partes, que pueden
aparecer en su totalidad o faltar alguna de ellas, según
el diseño del arquitecto y las necesidades de la construcción.
El paso de la planta cuadrada a la circular, sobre la que se
asienta la cúpula, se puede efectuar por medio de trompas,
que son bóvedas semicónicas voladizas fuera del
paramento de un muro, o de pechinas, constituidas por triángulos
esféricos entre los arcos torales. La primera solución
se utilizó abundantemente en el Románico y más
esporádicamente en el Renacimiento y el Barroco, mientras
la segunda se impuso con claridad a partir de los siglos XV
y XVI.
La parte inferior de la cúpula, que apoya sobre las
trompas o pechinas y los arcos, es el anillo, de forma circular
y, predominantemente, moldurado. Sobre él se levanta
el tambor, que no figura en todas las construcciones, y que
está conformado por un muro cilíndrico horadado
por óculos o ventanales, separados por pilastras, que
cumplen la función de iluminar el interior cubierto por
la cúpula. La estructura arquitectónica se culmina
con la bóveda semiesférica o de media naranja,
dividida en ocho tramos por los radias, que son arcos apoyados
en las pilastras del tambor o directamente en el anillo de la
cúpula y que se cruzan en el centro, decorado con un
pinjante o piña de distintos materiales. En ocasiones,
el centro de la bóveda presenta un hueco de forma cilíndrica
con ventanas en sus paredes, llamado linterna, con la finalidad
de captar la luz exterior.
Las cúpulas se han empleado en toda clase de construcciones,
tanto religiosas como civiles, cubriendo el espacio de cruceros,
presbiterios, capillas, baptisterios, camarines, tabernáculos
y escaleras. Su versatilidad no solo le viene otorgada por la
variedad de lugares que ocupan en las edificaciones, sino también
por su capacidad de ofrecer amplios espacios a los elementos
decorativos más dispares por su diseño y por las
técnicas y materiales empleados. Reúnen, pues,
en sí mismas las artes arquitectónicas, escultóricas,
pictóricas y decorativas en sus múltiples manifestaciones,
singularmente, la yesería y la madera tallada y dorada.
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