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El ex alcalde de Écija Julián Álvarez gana a Ortega por 19 votos y lleva una dirección paritaria al PA.

Foto: Julián Álvarez

 

El dirigente crítico liderará una Ejecutiva reforzada por el sector oficialista y con municipalistas que no han tenido cargos orgánicos en el partido.

El PA tiene desde ayer un nuevo secretario general: Julián Álvarez. El ex alcalde de Écija y dirigente crítico se impuso al candidato a la reelección Antonio Ortega por un escaso margen de 19 votos en una intensa jornada de cierre del 13º Congreso, cuyo resultado fue cuanto menos paradójico: los estatutos elaborados y aprobados por el sector de Ortega dan manos libres a quien ha sido su oponente para hacer y deshacer en el partido hasta el punto de poder anular las decisiones de las asambleas locales. A excepción de Álvarez, todos los miembros de la Ejecutiva entrante, que es paritaria por primera vez en el PA, se estrenan en un cargo orgánico, procedentes la mayoría de ellos de la política municipal.
Nada se sabía en la mañana de ayer de lo que iba a pasar a las tres de la tarde. Tras las conversaciones nocturnas de oficialistas y críticos con Juventudes Andalucistas y la Alternativa Nacionalista de Carlos Bautista no se había cerrado ningún acuerdo. Fue por poco, pero la balanza se inclinó del lado de Álvarez por un 49,9 por ciento de los apoyos frente al 46,48 por ciento de Ortega y el 3,6 por ciento de votos emitidos en blanco después de que tanto los jóvenes como la tercera vía no actuasen hasta el final como un bloque. Según dijo el flamante secretario general en medio de un aplauso cerrado, "no ha ganado Julián Álvarez, ni Andalucismo XXI, sino que ha ganado el PA".

Ésa no fue la única llamada a la unidad en una mañana en la que tanto Álvarez como Ortega se esforzaron en sus respectivos discursos por recomponer la cordialidad perdida en la cruda batalla interna de los días anteriores. "No pueden salir dos partidos de aquí. Tenemos que sacar un gran partido adelante y ahí hacéis falta todos", aclaró Álvarez, que fue interrumpido constantemente por las ovaciones de sus seguidores.

Ante el Congreso que lo hizo máximo responsable del PA, Julián Álvarez sólo habló una vez, en la presentación de su candidatura ayer, dejando en manos de sus colaboradores la pelea cuerpo a cuerpo y el debate áspero con la corriente contraria. Se estrenó cuidando las formas, dando a conocer uno a uno a los miembros de su ejecutiva y con un discurso en el que, antes de la votación, se asumió como ganador. Prueba de ello, el reconocimiento a modo de despedida a quien era su rival político, Antonio Ortega: "Tengo que agradecerte la labor que has hecho, a pesar de que yo haya defendido el no a tu informe de gestión". Se dirigió a él amigablemente en varios puntos de su intervención como candidato y le abrazó al bajar de la tribuna desde la que le había aclarado que ésta era sólo una "carrera de relevo". Fue una intervención emotiva, perlada de referencias personales, desde su paso por las Juventudes Andalucistas –el guiño era obligado porque sus 24 delegados fueron claves– hasta al primer Congreso del PA al que asistió de niño. Mencionó a su padre, el fallecido ex alcalde histórico de Écija.

Álvarez asumió todos los errores del PA y se dijo responsable de "las luces y las sombras" de la gestión del partido para, a partir de ahí, apostar por una formación a la que no se vea como "un pequeño grupito que pesa más o menos dependiendo de la aritmética". Ya convertido en nuevo líder de los andalucistas, Álvarez arengó a la militancia a que no se conforme con "un partido que aspira a ser bisagra de puertas que nunca se abren".

El secretario general saliente también utilizó un tono conciliador, radicalmente opuesto al de la apertura del Congreso. "Nadie está excluido de esta candidatura", aseguró ante los delegados en un discurso en el que sí habló de la "autonomía generatriz", del Estado federal y de la comarcalización. Por primera vez desde que empezó la carrera por el poder en el PA, Ortega no mencionó a Alejandro Rojas Marcos.

En la que fue su última intervención como secretario general ante los militantes después de dos mandatos al frente del partido, Ortega destacó que el PA tiene "capacidad para trabajar unido". La madrugada anterior, los oficialistas enmendaron la ponencia política de los críticos –votada mayoritariamente en comisión– y sacaron adelante por unanimidad el documento. No se libraron de las contradicciones: en ese texto el PA es considerado un partido "de izquierda" y en la ponencia de estatutos aprobada –la promovida por Ortega– se habla de una formación de "centro izquierda".

Dado que los nuevos órganos del PA tienen una distribución y unas competencias que quienes los controlan a partir de ayer no comparten, algunos miembros de la candidatura crítica esbozaron la posibilidad de celebrar una Congreso extraordinario para adaptar las normas a sus gestores. Álvarez rechazó tal opción en una rueda de prensa posterior a su elección, en la que dijo que con voluntad se puede garantizar la "participación de los militantes" que, a su entender, dificultan los nuevos estatutos. Será cuestión de voluntad porque con la distribución interna de poderes aprobada en este Congreso su Ejecutiva está blindada.

Entre los nombres que sonarán con fuerza en la dirección del PA, con presencia de todas las agrupaciones provinciales, están los de los dos vicesecretarios generales: la edil de Baza Antonia Agudo, responsable de las Relaciones con la Sociedad, y el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez. Ellos, junto con Isabel Donado, nueva secretaria de Comunicación, han llevado el peso del Congreso para la victoria de Álvarez.

Andalucista desde la cuna

Julián Álvarez, nuevo secretario general del PA, vivió el andalucismo desde su nacimiento. Su padre le inculcó desde pequeño el sentimiento nacionalista. De hecho, fue el primer alcalde democrático de Écija por el PSA. Las casualidades de la vida harían que, pocos años después, Julián Álvarez hijo ocupara ese mismo cargo, que perdió en las últimas municipales. «Voy a morir en este partido como también le tocó a mi padre hacerlo», asegura el nuevo líder del PA.

Un congreso, como el que ayer ganó, fue su primer contacto directo con el partido. «Guardo como oro en paño la credencial de invitado que me dieron», reconoce. Así, hace ya 23 años, este abogado de profesión se incorporó como militante del partido de la mano de Juventudes Andalucistas. Ha formado parte de la ejecutiva en distintas etapas. La más larga de ellas como representante de los jóvenes.

Los que le conocen le describen como un hombre afable, conciliador, con carisma y, sobre todo, con una gran capacidad de trabajo. Precisamente, esto último ha sido lo que ha llevado a muchos de los ahora miembros del equipo de dirección a confiar en él en esta nueva etapa.

En definitiva, una larga trayectoria para sus 41 años de edad que le convierten en el secretario general más joven del PA.

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Información: Europa Sur - Sur digital (6/12/2004 )