Esperando el porvenir. La muerte
de un maestro artesano de Écija: Paco Ramírez.
(por Ceferino Aguilera).
El
pasado 23 de julio, hacia la 21: 30 horas, falleció,a
causa de un paro cardíaco,Paco Ramírez, nombre
artístico de Francisco de Asís Pérez
Ramírez (Toledo, 1949-Écija, 2012), maestro
y poeta del repujado en cobre y de los relieves en cerámica
vidriada.
La
Ciudad de las Torres siempre fue fuente y sede de su taller
de trabajo. Sus reconocidos relieves y repujados en cobre,
propalados justamente, a golpes maestros, firmes y seguros,
de martillo, punzón y cincel —fuertes—,
se extendieron más allá de nuestras fronteras.
Estaban ungidos de sol bruñido y, recientemente, el
pasado mes de febrero, regresaron renovados, cuidadosamente
labrados en vidrio, con su ejemplar llama creadora, a las
Salas del Museo Histórico Municipal (Palacio de Benamejí)
de Écija, en las que expuso sus memorables relieves
artísticos en cerámica vidriada, esperando el
porvenir, en los que los visitantes pudimos apreciar, a lo
largo de sus siete seleccionados temas, junto a la modelada
piedra artificial cimentada de blanco desde las canteras de
Gilena, el fulgor de sus nuevas creaciones artísticas.
El
corazón asombrado del famoso poeta artesano, interpelado
por la sorprendente realidad y por las grandes obras de los
clásicos de la historia del arte, modeló con
mirada compasiva y esperanzada el porvenir de la gente pobre
a la orilla del mar (Picasso); palpitó extendido ante
la copla de la mesa flamenca (Moreno Galván); celebró
la eterna belleza femenina, sensual, peinándose o a
caballo; desmesurado, su corazón presintió la
fuerza genesíaca y trágica del toro de la vida
y, asimismo, como un viejo y curtido gitano del barrio de
Jerez, meditando, riéndose, brindó un nuevo
canto de frontera: ESPERANDO EL PORVENIR.
Al
rico legado de su obra artesanal, se suma, como un fuego que
enciende otro fuego, sabiamente forjada en las fraguas de
Vulcano, la cobriza palabra poética de Paco Ramírez
reunida en un poemario, aún inédito, titulado
Cuaderno alpujarreño, que el poeta artesano acabó
hace ahora un año como corolario de sus años
de dedicación intensos al noble arte de la Poesía.
Fue un maestro autodidacta. Un atento recorrido por su obra
artística nos muestra la huella indeleble de quien
ha ido creándose a sí mismo hasta configurar
un estilo propio e inconfundible: PACO RAMÍREZ. ¡¡Cómo
modelaron el célebre metal chipriota y alcanzaron la
transfiguración del vidrio!! Paco Ramírez, con
ejemplar tesón y cuidado, acicaló las pinceladas
definidoras de la imagen descubriendo sus luces y sus sombras
hasta extraer la cosmovisión del cuadro, situarlo en
su marco y añadirle poesía en vidrio cincelada.
Biografía.
Nace
nuestro mayor poeta artesano en Toledo, el 29 de abril de
1949. A los cuatro años, su padre, Santiago Pérez
Pillado, maestro nacional, lo trajo a Écija, ciudad
en la que le concedieron una plaza de maestro y donde nacerían
dos de los cinco hermanos de Paco Ramírez. De su madre,
Isabel Ramírez Morales, siempre aplicada en sus labores,
tomaría su apellido artístico.
Cursó sus estudios de Primaria en Écija, en
el propio colegio de su padre, cuyo director era entonces
Tomás Beviá Aranda, afincado en la ciudad desde
1950, fecha en que ganó las oposiciones a Dirección
de Grupos Escolares. Tomás Beviá dejaría
una huella indeleble como poeta y como maestro en Paco Ramírez,
quien comenzaría sus estudios de Bachillerato, tras
el año de preparación en el colegio parroquial
de Santa María Nuestra Señora, en el Instituto
Laboral Vélez de Guevara, centro en el que volvería
a reencontrarse, ahora como su profesor de Francés,
con Tomás Beviá, de quien aún guarda,
dedicados incluso, varios libros de poesía.
No termina el Bachillerato y, en 1963, con tan solo catorce
años, se va a Madrid, ciudad en la que permanecerá
cinco intensos años, trabajando en múltiples
oficios, ora como operador de cine, ora como pintor de coches,
ora como botones del hotel Tirol, ora como operario de una
fábrica de tapones de botellas metálicas.
En
1968 vuelve a Écija y aquí pronto organiza bailes
con famosos grupos musicales (como los Smash, primer grupo
de rock andaluz) en el Casino de Artesanos. Tres años
después, con veintidós años, realiza
el Servicio Militar en el Cerro Muriano de Córdoba,
donde llegaría a ser ordenanza del general Merry Gordon.
Finalizada la mili, en 1972 regresa a Écija, prosigue
su labor de montaje de bailes, de cuyos beneficios llegó
a vivir durante dos años. Cambia nuevamente de oficio
y se dedica ahora, aprovechando su conocimiento de la capital
de España, a la venta de coches: compra taxis jubilados
en Madrid y los vende en Écija, sobre todo, a gente
del campo. Al cumplir sus veinticinco años, en 1974,
marcha a Córdoba para trabajar en la empresa Finanzauto
y Servicios, en la que ocupa el cargo de experto vendedor
y donde trabajaría como jefe de ventas en varias delegaciones.
Su actividad en Finanzauto le permite conocer gran parte de
España, gracias a los múltiples viajes que conllevaba
su cargo.
En 1977 contrae matrimonio con Ana Linares Leonés,
madre de sus tres hijos: Francisco, el mayor, Vicente, y Ana,
de ocho años en la actualidad. En 1978 se sale de la
empresa Finanzauto y Servicios y emprende su carrera como
artesano, ganándose la vida brillantemente de forma
autónoma y autodidacta, sin que nadie le enseñase
y con una voluntad de superación encomiable que se
sigue proyectando como artesano del verso y de los relieves
en cerámica vidriada.
Su
trayectoria artística a lo largo de estos últimos
treinta y cuatro años ha tenido varios jalones importantes:
1) comenzó en el arte de la serigrafía, 2) siguió
realizando carteles publicitarios para los comercios; 3) creó,
durante casi veinte años, moldes de silicona para hacer
reproducciones de todo tipo de imágenes; 4) labró
la alpaca y la plata; 5) diseñó grabados al
ácido de motivos varios (taurinos, religiosos); animado
por su fiel y leal amigo, Juan González Fernández,
el Muni, él mismo trabajador de escaño repujado,
6) empieza sus repujados en cobre impulsado, asimismo, por
el encargo del Ayuntamiento ecijano para decorar una carroza
de Reyes Magos. Desde entonces, Paco Ramírez, siempre
dibujante, ha hecho y expuesto numerosos cuadros en cobre
repujado. El artista llegó a la literatura de la mano
de la poesía. Lector constante de poesía clásica
española (Quevedo, Góngora, Fray Luis de León,
Antonio Machado, el poeta valenciano Jorge Llopis, Tomás
Beviá…), poeta artesano, siempre le interesó
la poesía a compás, de metro y rima. 7) Comienza
su carrera literaria y empieza a componer versos en un Cuaderno
durante sus estancias veraniegas en la Alpujarra. Durante
diez años, entre Écija y la Alpujarra, con voluntad
de forma, los mide, los ordena cronológicamente, los
relee y los revive y los repiensa, cuidando su perfección
formal (y hasta conservando sus correcciones y variantes).
En su último años 8) trabaja con creatividad
siempre emergente, fiel a su técnica artesanal, los
relieves en cerámica vidriada, cuya exposición
virtual ya podemos ver en Youtubey , dos de sus obras, en
el propio museo Picasso.
Descanse
en Paz este gran ecijano de oro: Paco Ramírez.