La Audiencia de Sevilla ha decidido reabrir el caso de un geriatra
que trabajaba en la residencia de ancianos San José del
Valle de Ecija y que presentó una denuncia contra el
ex concejal de Interior del Ayuntamiento astigitano, Francisco
Serrano Zurita, y la directora administrativa del citado centro,
María José García Jiménez, por acoso
moral en el trabajo o 'moobing', ordenando iniciar una investigación
al respecto.
A través de un auto, al que ha tenido acceso Europa
Press, la Sección Tercera acuerda estimar el recurso
de apelación interpuesto por el geriatra Angel Manuel
Botello contra el auto dictado por el Juzgado de Instrucción
número 2 de Ecija el 8 de marzo de 2004, que archivó
las actuaciones, y contra el del 16 de abril siguiente, que
desestimó el recurso de reforma.
Botello, de 53 años, consiguió la plaza de geriatra
del Ayuntamiento en julio de 1989 y, según denunció,
se vio desde el principio sometido a una situación de
"hostigamiento y presión", además de
encontrarse con la "oposición" del personal
sanitario en cuanto a posibles actuaciones a realizar para la
mejora de la residencia.
A pesar de un primer archivo, la Audiencia considera que la
investigación de los hechos "debe iniciarse"
dado que no se puede descartar, sin conocer su génesis
y su desarrollo, la vertiente penal de los hechos, y para ello
se hace "preciso" que el juzgado instructor escuche
a denunciante y denunciados.
El geriatra deberá exponer el motivo por el que denuncia
y el alcance penal de los hechos narrados, mientras que Serrano
Zurita y García Jiménez dirán si son ciertas
las acusaciones. De esta forma, dicho juzgado "estará
en condiciones inmejorables para determinar si existen o no
motivos para continuar por una presunta infracción penal
constitutiva de lesiones o, en su caso, de trato degradante",
indica la Audiencia.
SU DESPACHO, UN ALMACEN
Este médico lamentaba en su denuncia judicial que diversas
situaciones en la residencia se vieran "amparadas"
por el Ayuntamiento de Ecija, las cuales le provocaron ansiedad
y periodos de baja, que han derivado en una invalidez permanente
absoluta, según sostiene su abogado, José Ignacio
Bidón. Incluso vio como su despacho fue usado para guardar
comida, refrescos o medicinas caducadas, teniendo que trabajar
en dichas circunstancias a pesar de sus continuas quejas.
Tras conocer la nueva decisión judicial, el juzgado
astigitano antes mencionado ha citado este próximo mes
de agosto al geriatra y, a partir del mes de septiembre, a los
dos imputados, junto al representante legal del Consistorio
como responsable civil subsidiario. El Ministerio Fiscal también
solicitó la estimación del recurso, como ahora
ha reconocido la Audiencia.
Según denunció también Botello, mientras
atendía a los ancianos en su despacho, personal de la
residencia entraba en el mismo con otros enfermos y que, en
el momento en que pidió una percha, le dijeron que estaba
pidiendo "lujos".
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