Las Perseidas son, casi con seguridad, la lluvia de meteoros
anual mejor observada. Llega a mediados de agosto, cuando resulta
cálido y confortable estar afuera a las cuatro de la
mañana. Son brillantes, numerosas, y siempre confiables.
Este año, la lluvia alcanzará su apogeo el miércoles
13 de agosto. Cuando los cielos están oscuros y prácticamente
limpios, los observadores ven a menudo hasta cien Perseidas
por hora; un despliegue impresionante. Este año, sin
embargo, los cielos no estarán oscuros. Una deslumbrante
luna llena borrará muchos meteoros tenues y reducirá
por un factor de dos o tres el número que se podrá
observar.
No obstante, vale la pena realizar una escapadita al aire
libre. Cerca de nuestra ciudad de Écija, uno de los lugares
más propicios para su observación es en la carretera
del barrero, es decir, la que va para Cañada del Rosal,
sobre todo en los sitios donde menos moleste la luz de la ciudad,
aunque este año, como se ha dicho anteriormente, vamos
a disponer de una buena Luna. En esta carretera, hay muchos
caminos que nos adentran hacia cortijos y tierras que nos permiten
apartarnos un poco de la carretera.
"No importa dónde viva usted, el mejor momento
para mirar será justo antes del amanecer en la mañana
del miércoles 13 de agosto," dice Bill Cooke del
Equipo de Medioambientes Espaciales de la NASA en el Centro
Marshall de Vuelos Espaciales. En ese momento, el cielo sobre
su cabeza estará orientado sobre la corriente de restos
del cometa Swift-Tuttle, la fuente de los meteoros de las Perseidas.
Más aún, la luna estará baja en el cielo
antes del alba. Uno puede ubicarse a la sombra de un edificio
o de una colina o de algún otro lugar a cubierto de la
luna, para reducir el deslumbramiento. Aun cuando se mire en
dirección opuesta a la de la luna, explica Cooke, el
aire resplandece a causa de la luz de la luna dispersa por las
moléculas de aire y los aerosoles (es decir, gotas de
agua, polvo y polución). Este brillo será menor
en los lugares en que el aire es seco y libre de contaminación.
Las cumbres de las montañas son excelentes porque se
elevan sobre la húmeda atmósfera inferior y sobre
la mayoría de los aerosoles.