Rafael de Rueda recupera el aspecto original del valioso
manto de la
El dibujo primitivo se está reconstruyendo a través
de una fotografía, ya que ha sido imposible encontrar
el diseño original de la pieza, bordada por Hijos de
Olmo
«Es como hacer un puzzle de millones de piezas».
El diseñador cordobés Rafael de Rueda, que tiene
amplia experiencia en el dibujo de piezas para cofradías,
se ha encontrado en los últimos meses con el trabajo
más difícil de su carrera: la restauración
del manto de Nuestra Señora de las Lágrimas, titular
de la sevillana hermandad de la Exaltación, conocida
popularmente como «Los Caballos».
La valiosa pieza, diseñada por Herminia Álvarez
Udell y de estilo regionalista, se bordó en el taller
de Hijo de Miguel Olmo y se estrenó el Jueves Santo de
1919. No tuvo suerte este magnífico manto, pues en 1965
la cofradía de la Exaltación decidió entregarlo
a las monjas de Santa Isabel para que lo ampliasen.
Un auténtico destrozo
Además de pasarlo a tisú de color azul grisáceo,
en sustitución del terciopelo azul oscuro del original,
las religiosas añadieron bordado, de peor calidad que
el original, y descompusieron el rico diseño original
en una intervención muy poco afortunada. «Fue un
auténtico destrozo», afirma el diseñador
cordobés.
Cuando la hermandad llevó su manto y palio al taller
del bordador ecijano Jesús Rosado se comprobó
que no sólo hacía falta una restauración
técnica, del trabajo con el hilo de oro, sino también
de dibujo. La intervención de las monjas había
eliminado por completo el aspecto original del manto.
Para esta labor, la cofradía, asesorada por el Instituto
Andaluz de Patrimonio Histórico, buscó el diseño
original, pero, por más que se preguntó entre
los herederos de la diseñadora y de los bordadores, no
ha sido posible encontrar el dibujo primitivo. Sólo una
fotografía antigua permitía conocer cómo
era el manto.
Para este trabajo tan delicado y complicado, Jesús Rosado
propuso a Rafael de Rueda, quien, tras explicar su proyecto
ante la Junta de Gobierno y más de medio centenar de
hermanos que se desplazaron hasta Écija, recibió
el encargo.
Muestra, por ejemplo, un medallón que se sitúa
en el centro de la parte inferior del manto. «Esto ahora
no estaba», dice, mientras asegura que motivos vegetales,
curvas y flores se han movido debido a la poco rigurosa intervención
que hicieron las religiosas en los años 60.
El diseñador cordobés ha ampliado la fotografía
del manto y a partir de ahí va reconstruyendo su aspecto
original. La imagen es valiosa porque permite conocer las radiales,
es decir, las líneas que van desde el centro hasta los
extremos y que articulan el dibujo del manto, y que se habían
perdido completamente. Había, por lo tanto, que recomponer
todo el diseño.
Para ello se ha escaneado el dibujo actual del manto y se van
«moviendo» elementos. El proceso no es sencillo,
se está haciendo por partes y aunque en algunas zonas
se hace con toda exactitud, en otras este cálculo no
es tan preciso. En cualquier caso, es seguro que Jesús
Rosado empezará la restauración del manto antes
de que Rafael de Rueda acabe la recomposición del dibujo,
a fin de ganar tiempo.
Está previsto que el manto vuelva a procesionar, ya
restaurado y con su aspecto original, el Jueves Santo del año
2008. Antes, en 2007, saldrán las bambalinas y el techo
de palio, que también se han restaurado y pasado a nuevo
terciopelo azul oscuro. Ambas piezas también habían
sufrido alteraciones, y aunque en este caso la recomposición
ha sido menos dificultosa, el aspecto del techo de palio tampoco
se correspondía con el original.
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