El novillero ecijano cortó en la final de la
Feria de Novilladas ‘La Granada de Plata’ las dos
orejas y el rabo de su enemigo, como ya hiciera en la fase clasificatoria,
y se alzó con el triunfo.
Miguel Raya ha comenzado la temporada pisando fuerte, muy fuerte.
El joven novillero ecijano se alzaba con toda brillantez el
pasado domingo 3 de abril con el trofeo de ‘La Granada
de Plata’ como brillante triunfador de la Feria de Novilladas
de Guillena, promovida por el Ayuntamiento de esta localidad
sevillana y el empresario de la plaza de toros, paco Dorado.
Un triunfo clamoroso ante un novillo de la casa Guardiola bajo
los hierros de María Luisa Domínguez Pérez
de Vargas y Puerto Frontino, con pocas fuerzas, que salió
y comenzó la lidia cayéndose, al que otro torero
habría desechado, pero que Miguel Raya supo entender
y cuidar, levantándole la muleta y enseñándole
el camino adecuado, arrancándole muchas tandas de belleza
sin par, con mucha inteligencia, con prestancia, con sabiduría,
con arte y con mucha entrega. Al final, como no podía
ser de otra manera, las dos orejas y el rabo fueron a sus manos
y, con ellas, el triunfo rubricado por el jurado, que poco tuvo
que debatir ante lo evidente de los hechos.
Un triunfo que ya había tenido su primera parte en la
fase clasificatoria, donde Miguel Raya bordó otra gran
faena cobrándole a su oponente las dos orejas y rabo.
No es extraño por tanto que en los aficionados que se
dieron cita el pasado domingo en el coso de Guillena su nombre
sonara con fuerza ya antes de hacer el paseíllo, en una
mañana lluviosa, que a punto estuvo de provocar la suspensión
del festejo.
Una final a la que llegaron siete novilleros de los veinticuatro
que tomaron parte en esta competición. En primer lugar,
José Manuel Casado, de Camas, que tuvo que vérselas
ante el peor ejemplar de una novillada de buen juego, al que
poco pudo hacer, contentándose con una vuelta al ruedo
tras rematar a su enemigo de dos pinchazos y una media estocada.
El segundo novillo fue para Martín Núñez,
que ofreció lo mejor de su lidia con la mano derecha,
con un gusto notable, dejando un gran sabor de boca completado
al propinarle la muerte a su astado de una estocada, trasera
y atravesada pero efectiva, que le valieron dos generosas orejas
y que el jurado, al final, lo colocara en el segundo lugar del
escalafón de esta feria.
El tercer novillo fue para Felipe Peña, de Los Palacios,
voluntarioso y entregado, al que la espada acabó por
perder, escuchando un aviso y recibiendo como premio una oreja.
Novillo al que Miguel Raya realizo un quite soberbio, elegante,
con verónicas de sabor, que anunciaron su intención
de triunfo, lo que logró con el siguiente y cuarto ejemplar
de Guardiola, al que cuido y guió desde el principio,
acariciándolo con sus voces de mando, gustándose
en cada uno de los movimientos, despertando hasta los piropos
del ganadero, que entendió que este joven chaval ecijano
estaba haciendo de su novillo espectáculo y arte, sacándole
cuanto tenía, hasta el punto de que el animal fue premiado
con una vuelta al ruedo de la cual por lo menos la mitad era
mérito de Miguel Raya.
En quinto lugar toreó Manuel Reyes, de Gerena, que tuvo
una auténtica perita en dulce como oponente. Un novillo
que sólo veía muleta, al que se le podía
haber perdonado la vida con toda justeza y al que desaprovechó
en gran parte el novillero, arrancándole dos orejas y
el animal recibiendo como premio una vuelta al ruedo ahora sí
de por sí, valga la redundancia. En sexto lugar, Salvador
García, de Ronda, realizó una buena faena, estropeada
al final con la espada y premiada con una oreja. Por último,
el venezolano Leonardo García demostró su mucho
oficio, aunque faltó transmisión y más
acierto con la espada, recibiendo dos merecidas orejas. En definitiva,
Miguel Raya obtuvo con toda justeza el triunfo y abre expectativas
de muchas alegrías más.
Triunfo que se hizo efectivo al acabar el festejo con la entrega
del trofeo ‘La Granada de Plata’, símbolo
de Guillena, de manos del primer teniente de alcalde del municipio
y del concejal de Festejos, Francisco Ciudad y Martín
Núñez, respectivamente, en presencia del empresario
de la plaza, Paco Dorado, y del ganadero, Alfonso Guardiola.
Acto en el que Miguel Raya agradeció el apoyo de los
muchos aficionados ecijanos que se desplazaron a la novillada
(por cierto, brindó la muerte de su enemigo a su abuela)
y que concluyó compartiendo un cocido con pringá
en animada confraternidad.