EL DÍA DE LAS PERSONAS ESPECIALES por Francisco J. Fernández-Pro
La obsesión enfermiza que tienen algunos contra el heteropatriarcado y todo aquello que suena a “hétero”, los está llevado a parir monstruos cuyas señas de identidad son el sectarismo, la ignorancia y la falta de empatía. Digo esto, porque me ha resultado poco menos que monstruosa la irrupción -como elefante por cacharrería- de una ¿”profesora”? de Jerez pidiendo la sustitución del Día del Padre por el de “la Persona Especial”; y el problema es que la ocurrencia no es ni suya, que ya surgió hace un tiempo en los debates histéricos que organizan los psicópatas de la androfobia. Por tanto, este no es un caso aislado sino, más bien, la punta de un iceberg (los vellos se me ponen como escarpias).
Opino que lo verdaderamente preocupante es que con estos inventos lo que intentan es cercenar la Sociedad en la que vivimos para que no todos podamos vivir en las mismas condiciones. Es el Hembrismo: hermana gemela del machismo rancio al que tanto combatimos tantas veces, cuando era verdadero machismo y los que ahora abanderan la causa ni siquiera existían como proyecto espermático. Porque la realidad es esta y, por mucho que intenten anular la progenie, no hay otra: Lo quieran o no estos “enchufaos” al pesebre -así como todas sus secuelas jerezanas-, resulta una obviedad sin paliativos que sin los espermatozoides de sus padres, pocos langostinos hubieran catado en esta buena vida que se apañaron.
Otra cosa distinta será analizar de dónde viene tanta fobia, cómo vivieron su infancia y cómo los trataron sus progenitores en tan tierna edad; que, según barrunto -conforme al incivismo, la zafiedad, la ira y los complejos que supuran en las barbaridades que proponen-, no debió de ser demasiado normal. Pero de eso no tiene culpa la Sociedad que tratan de reventar sino, posiblemente, los que no emplearon el método alpargata cuando fue necesario. Digo todo esto porque la ocurrencia acéfala de esta jerezana microcerebrada me ha dado en todos los morros como una coz de mulo borriquero (y que me perdonen los mulos y los borricos).
¡Qué absurdo! ¿Cambiar el Día del Padre por el “Día de la Persona Especial”?… Pero ¿hay alguien más especial que quien nos aportó la mitad de la vida, trabajó para que comiéramos, nos cuidó, nos protegió, nos enseñó, nos educó, sacrificó sus años por nosotros y, encima -cuando hizo falta- no sólo siguió dándonos de comer sino que arrimó para que comieran nuestros hijos? ¿Puede haber alguien más especial que un padre, “só boluda”… (por no escribir gilipollas, que suena menos a tango)?
Nos estamos equivocando y cayendo en una espiral que no acaba. Me queda el consuelo de que fueron mis hijos los que me dieron la noticia y lo hicieron absolutamente indignados.
Será cuestión de hacer oídos sordos y seguir celebrando a nuestro padre. Junto a nuestra madre, la persona más especial. Yo, por lo menos, lo seguiré haciendo así. Primero, porque me da la gana y, después, por un montón de cosas más: por la generosidad que me demostró, por la entrega que me hizo sentir, por la bonhomía y la honradez que me transmitió, por su paciencia conmigo, su perseverancia, su lealtad, su permanente presencia y -¿por qué no?- por su ejemplo, por su inmenso valor ante las dificultades, por sus huevos,… Sí, sin machismo ninguno: ¡También por sus huevos!
A CONTINUACIÓN AUDIO DE LA PROFESORA Y LA RESPUESTA…
★PALABRAS PROFESORA Y RESPUESTA
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