CASI ALGO por Carmen Castro Elena (Alumna 1º de Bachillerato)
X conoce a Y.
A X le gusta la sonrisa de Y y a Y los ojos de X.
Aunque X e Y no hablen mucho, sus silencios no son incómodos.
Se ríen cuando están juntos.
Sin darse cuenta ambos van construyendo una burbuja de intimidad.
Pero no le ponen nombre.
Y X se asusta.
Todo iba demasiado rápido y este no se encontraba preparado.
Y se entristece, pues tenía sentimientos por X.
Pero si realmente nunca fueron nada.
¿Por qué le afectaba tanto?
Pues es que somos la generación de los “casi algo “, del miedo al compromiso, a la intimidad, a la construcción de una relación con el propio nombre de relación.
Por eso los jóvenes preferimos la falta de etiquetas en el amor y acabamos siendo y no siendo a la vez.
Sin embargo, la ansiedad que nos produce el que algo acabe convirtiéndose en algo más que un casi muchas veces nos hace carecer de responsabilidad afectiva.
La responsabilidad afectiva es la forma que tenemos de tratar a las personas con las que mantenemos un vínculo emocional.
Poner límites de mutuo acuerdo con la intención de respetarse. Cuidarse mutuamente.
Entender que nuestras acciones tienen consecuencias en el otro.
Pero, claro, ¿para qué, si nuestra relación no iba para más?
Y eso no es así.
Puede que las etiquetas sean o no necesarias, más ante todo recordemos que tratamos con personas.
Y que somos frágiles cuando se habla de amor.
Carmen Castro Elena
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