LA BANCADA DE LOS TÍTERES por Francisco J. Fernández-Pro
Comienza agosto y, con él, las vacaciones oficiales de los señores congresistas -que las oficiosas se extienden algunos meses más-, sólo que este año tan atípico no podía pasar como otros y había que rizar el rizo para llegar, hasta el final, haciendo el memo. Por eso, los dos últimos episodios nacionales, han sido de antología.
El penúltimo fue el del “pasillo de los títeres”. No me explico tanta euforia irresponsable por un rescate financiero. Sánchez tuvo que ir a Europa porque, durante el tiempo que nos ha gobernado, no sólo no ha sabido gestionar España y frenar la caída que hemos padecido, sino que -además- con el sobrepeso de Iglesias y su “troupe”, nos ha condenado a una caída mucho más acelerada. Ante la ruina declarada, Pedro se fue a Bruselas para llorarle a nuestros socios -que ellos sí habían hecho sus deberes- y, como era lógico, regresó con el rabo entre las patas y empeñado hasta las cejas. Europa no nos subvenciona, sino que nos presta y, además, nos vigilará para ver en qué nos gastamos la pasta (pensándolo bien, este celo puede ser el que, al final, acabe salvándonos de las garrapatas indocumentadas que nos están chupando hasta el tuétano). Sin embargo, Pedro Sánchez -que siempre busca la fotografía ostentosa, el gesto propagandístico- intentó hacer del pecado, virtud y, a su llegada, puso en fila a sus ministros para que lo recibieran entre aplausos; más, como no le bastó, llamó a rebato para el día siguiente a todos sus diputados que, saltándose las normas acordadas por la propia cámara, comparecieron -irresponsablemente- ignorando la proporción del 50% y el distanciamiento obligado, no sólo para evitar el “jodío” coronavirus sino -sobre todo- por dar ejemplo ante los españoles de cordura y coherencia con los acuerdos adoptados y las medidas preventivas para la pandemia establecidas por el propio gobierno.
Más si esto fuera poco, ocurrió el último episodio. Fue al día siguiente, en la reunión de los presidentes de las comunidades autónomas. Todos teníamos asumidos que, como casi siempre, el del País Vasco no comparecería y, por supuesto, ni contar con “King” Torra, “el Usurpador”. Sin embargo, nos equivocamos: Urkullu compareció, aunque dejando bien clarito que lo hacía porque había llegado a unos acuerdos previos con Pedro Sánchez, por los que se reconocía el pago de la deuda pendiente con Euskadi y sus especiales diferencias. Es decir: más dinero y privilegios para los vascos que para los demás. Más claro, agua.
Estos últimos disparates -que sólo han sido un pálido reflejo de lo que llevamos sufrido con este gobierno-, me conducen a una reflexión que, confieso, también me la hice alguna vez cuando gobernaba el PP: si las medidas de las que estamos hablando, tienen que ser aprobadas por el Congreso de los Diputados, ¿en qué piensan los congresistas andaluces que le votan Sí a este agravio, que permiten esta sinrazón contra Andalucía?
Por comunidades, la mayoría de miembros que integran nuestro Congreso los eligen los andaluces: sesenta y uno, en total. ¿Se imaginan si todos estuvieran, realmente, al servicio de nuestra tierra y no permitieran que fuera agraviada? Sin embargo, les puede el sueldo y las dietas, dos pesadísimas impedimentas que llevan implícita la disciplina del voto, las consignas pactadas, cualquier perjuicio a los andaluces que los votaron. Los partidos buscan para sus escaños gente así: títeres de buche agradecido, carácter manso y servicial conformismo, capaces de tragarse orgullos y sapos, para adormecer la conciencia y acabar votando lo que se les manda o haciendo “jileras” de honor, para rellenar -así- el cupo de “la clac” que, constantemente, demanda su presidente.
Voy a tratar de explicar “tanta euforia irresponsable” sobre lo acontecido con los fondos de ayuda europea. O al menos, aportar una visión algo mas equilibrada de lo allí acontecido, pero lo explicaré con cifras, que quizás es la forma más o menos subjetiva.
La Comunidad Europea, ante la gravedad económica y emergencia social provocada por la mayor pandemia sufrida por la humanidad en el ultimo siglo, convoca una cumbre de jefes de estado miembros, para dotar a nuestros países asfixiados en mayor o menor medida por la pandemia. Y en unas maratonianas y extenuantes jornadas procedieron al reparto de una astronómica cifra de 750.000 millones de euros, de los cuales a nuestro país le ha correspondido nada menos que 140.000 millones de los cuales 72.000 millones lo son de ayudas directas, y el resto prestamos muy beneficiosos y con bajisimo interés. En Italia, cuando su primer ministro Conte entró en el Parlamento a rendir cuenta de su gestión fue recibido con una fuerte ovación por parte de senadores y diputados de todos los partidos.Incluida la oposicion ¿Sabe por que? pues porque todos reconocían que lo allí conseguido fue algo bueno para todos los italianos.
Aquí también hubo aplausos, pero no hace falta decir que hubo también criticas, menosprecios, y acusaciones de “rescate” y condiciones con el único objetivo de ensombrecer y restar la debida importancia que para nuestro país han tenido tan cruciales acuerdos. No quiero ni pensar lo que aquí hubiera pasado si la cumbre hubiera fracasado.
No creo que sea yo solo quien se hace la pregunta de que habría pasado si la gestión de todo este formidable enredo hubiera estado a cargo de algún que otro político que tenemos en mente. En todo caso eso no lo sabremos nunca.
En lo de los agravios a nuestra tierra, ya no voy a entrar, porque me pierdo. Son tantos y en tantas épocas…
Saludos desde Granada.
Estimado JUBILADO, está claro que cada cual observa el vaso por la mitad que le llena. Está claro que el relato de lo acontecido en Europa es el que usted declara y yo conozco, sólo que yo pienso también en la previsión que existía previamente de más millones, muchos más a fondo perdido y muchísimas más facilidades. Cosa que no ocurrió, sin duda, por la postura de los socios del norte que, como afirmo en mi artículo, sí hicieron sus deberes a tiempo y, además, se gastan el dinero de otra forma bastante más racional que aquí, fundamentalmente en gastos a políticos, asesores y ministerios (por no contar con los derivados de la mala gestión): lógico era que nos recortaran los millones y nos impusieran condiciones para vigilar esa gestión en el futuro… y esto, al menos para mí, es un “rescate” en toda regla y no se merece un aplauso. Pero ya le digo: supongo que será cuestión del prisma con el que observamos los acontecimientos.
Señor JUBILADO, fíjese si es cuestión de prismas, que -con todo el respeto que me merece- me permito indicarle que el asunto del agravio a nuestra tierra por parte de Sánchez al ceder al chantaje de Urkullu y pactar acuerdos preferenciales con los vascos antes de sentarse con los demás presidentes de comunidades, a usted sólo le ha merecido un renglón y medio de su comentario y lo deriva a situaciones similares en otros tiempos. Así pasa como de puntillas. Supongo que algún día tendremos que cambiar esa tónica y que habrá alguien, alguna vez, capaz de coger el toro por los cuernos y poner a cada cual en su sitio (aunque visto lo que está pasando con el ahorro de los ayuntamientos, me parece que la cosa va para largo). Ya ve, aunque usted lo revista de normalidad, para mí, todo esto, tampoco merece un aplauso.
Un saludo muy cordial desde sus torres.
Por zanjar la cuestión de los agravios, D. Francisco. Si usted hubiera enumerado en que consisten, tal vez yo me hubiera perdido menos. Y por otra parte, seguimos sin saber en que consiste el chantaje de Urkullu. Solo sabemos que ambas cuestiones enervan a la ciudadanía, mas bien por el modo de exponerlas.
En cuanto a esa “perivisión ” de mas millones, dejemola en una aspiración lógica. Pero era una negociación, y muy dura, donde todos tienen que ceder, fuerzas de derechas y de izquierdas. Pero ha sido un buen acuerdo para muchos paises, y en este caso para el nuestro. De eso no hay duda. Como tampoco del prisma. Lo del rescate ya lo había oído en círculos políticos muy determinado. Muchos economistas se congratulan de que no haya tal rescate.
En fin, opiniones todas respetables.
Un saludo.