LA ESPERANZA SE HIZO NIÑO por Francisco J. Fernández-Pro
Fue Diego Lamoneda quien me lo contó. Lo hizo tras grabar en Televisión una “Rebotica del Cojuelo” que quise convertir esta semana, en un homenaje al recién nombrado Hijo Adoptivo de Écija. Me contó la anécdota como un gesto que nadie esperaba y que a todos los voluntarios del Economato Social “Virgen del Valle” –donde él ejerce de máximo responsable en la gerencia- había emocionado.
Un pequeño de diez años obró el milagro de tocar el alma de tanto adulto de bien. Había llegado al Economato con su padre, que contó cómo, para la primera comunión, su hijo no había pedido regalos sino dinero… hasta aquí, todo normal. Sin embargo, cuando el chiquito tuvo toda la cantidad recaudada de sus regalos, le dijo a su padre: “¡Toma!,… esto es para que los niños pobres puedan comer”.
Su padre, con magnífico criterio, tomó al niño de la mano, lo llevó al Economato Social y, allí, dejó que fuera su hijo quien entregara la cantidad.
Ante lo extraordinario del relato, irremediablemente me vino a la mente el rito devaluado en el que se han convertido las primeras comuniones en nuestra Sociedad. La falta de fe de tantos padres, de tantos niños, de tantas familias. El interés por el regalo, la Caridad arrinconada.
Para colmo, cuando llegué a casa, contaban en las noticias la recepción del Rey con los portavoces de los grupos políticos en el Congreso y las peticiones que estos hacían para dar su apoyo a la envestidura de Sánchez. Uno, mil millones; otro, el poder en coalición; otro, ventajas fiscales; otro… Cada cual a lo suyo y a su tajo.
¡Qué contraste!… ¡Qué lección!… ¡Qué necesaria se hace la educación en el respeto y en la Caridad (o en la solidaridad, lo mismo me da)! ¡Qué necesario el ejemplo, los gestos, el sacrificio por el Bien Común, de los que debían responder con generosidad! Estamos obligados a luchar por esa Justicia que, no sólo debe igualarnos, sino darnos el pan necesario de cada día.
¡Qué hermoso –pienso- que haya sido un niñito de diez años, abriendo su corazón de par en par y su hucha de la primera comunión, el que haya venido a devolvernos la Esperanza en el Futuro!
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