CAPÍTULO LXI (4ª Y ÚLTIMA PARTE): DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS: LA ÉCIJA DE 1847 por Ramón Freire
Septiembre 2018
Ramón Freire Gálvez.
Comienzo esta cuarta y última parte del presente capítulo, que está dedicado a cómo se encontraba Écija el año de 1847, conforme a la publicación popularmente conocida como Diccionario de Madoz, con la historia que, sobre Écija, hace el autor de dicha publicación, que dice así:
HISTORIA CIVIL: Las más antiguas noticias que se poseen de Écija, la elevan ya a número de las ciudades más ilustres de España. Su mismo nombre corrupto de Astygi, que es por el que la conoció en la antigüedad, comprueba dos antecedentes importantes; su origen griego y la categoría civil de sus hijos, pues Astygi, es voz griega que explica tierra de ciudadanos. No es de extrañar, que los pobladores de Écija, fuesen ciudadanos griegos convidados a fundarla por las ventajas que presentaba su situación a orillas del Xenil en territorio turdetano (Plotomeo), en el punto donde empezaba a ser este río navegable (Plinio); era sumamente cómoda para un establecimiento de aquel pueblo traficante, que por testimonio de los antiguos y recuerdos tópicos que aún se conservan, sabemos envió numerosas colonias a nuestras costas.
¿Cuál sería la suerte de esta ciudad cuando sucumbió el país a las armas cartagineses, toda vez que se la debe suponer de existencia anterior y animada de sentimientos opuestos a la dominación africana, como acreditaron las colonias griegas que fueron amagadas por ella, en tiempo en que más relacionados ya con este país, los romanos pudieron tener noticias de sus acontecimientos, para que nos la transmitiesen los que se ocuparon de su historia?
Nada se sabe: pudiendo solo conjeturarse haber conservado la importancia que desde su fundación parece explicar su nombre, puesto que con ella la vemos luego pasar del dominio de Cartago al de Roma. En honor de Augusto tomó el apellido de Augusta Firma. Este emperador la elevó a la dignidad de colonia romana, y estableció en ella una audiencia para lo civil y contencioso; no cabe puntualizarse los pueblos que fueron adjudicados a este convento jurídico, habiéndolos omitido en gran parte Plinio, pues solo menciona las colonias inmunes Tucci, Itucci, Attubi, Urso, a Munda como colocada entre estas dos colonias, los pueblos libres de tributos Astigi, Velus y Ostipo, y los estipendiarios Callet, Calucula, Castragemina, Ilipula minor, Meruera o Moruera, Sacrata o Sacratia, Ohuleula y Oningia o Uringis, perteneciéndole también indudablemente Auticaria, Singilia, Nescania, Angelas, Cartama, Malaca y otras, aunque no se le atribuyen los alostigos, los olontigos y los celios, como con error lo hizo el respetable P. M. Fr. Enrique Flores, pues pertenecían al convento hispalense.
Al sonar el hombre de Astigi con la calidad de antiguo entre los pueblos inmunes o libres de tributos annos o permanente del convento astigitano, mencionados por Plinio, preciso es fijar en él la atención, ocupándose de esta ciudad metrópoli de aquel convento, que por la calificación que el naturalista hace de la otra, parece haberla conceptuado de posterior a ella. Si ambas recibieron el nombre de Astygi, solo como apelativo apropiado y por su calidad de pueblos de ciudadanos, poco importante sería esta diferencia, pero como muchas ciudades, recibieron su nombre por traslación del de otras ciudades (Varron), pudo suceder aquí esto y haber edificado a la Astygi nova, a nuestra Écija, los ciudadanos de Astygi vetus, tal vez Alameda, entre Antequera y la Puente de D. Gonzalo; habiendo venido con el tiempo a preponderar sobre la ciudad misma que la dio origen, a favor de las mayores ventajas de su suelo.
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★CAPÍTULO LXI. 4ª Y ÚLTIMA PARTE: DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS: LA ÉCIJA DE 1847 por Ramón Freire
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