CAPÍTULO LII: DE ALGUNOS HECHOS, SUCESOS, ANÉCDOTAS Y OTRAS NOTICIAS RELACIONADAS CON LA CIUDAD DE ECIJA, ENCONTRADAS EN LAS HEMEROTECAS ESPAÑOLAS: LA ENTREVISTA A JAIME OSTOS, FIESTA DEL ALGODÓN… EN 1958 por Ramón Freire
Mayo 2018
Ramón Freire Gálvez
Estamos ya inmerso en plena temporada taurina y los que somos aficionados a la tauromaquia, hemos seguido las ferias de la Magdalena en Castellón, las Fallas en Valencia, la de Abril en Sevilla (he tenido la suerte de presenciar, en directo, la gran faena del “Juli” y el indulto del toro “Orgullito”)y ahora estamos a punto de comenzar la de San Isidro. Y digo lo anterior, porque Écija, cuna de grandes toreros que todos tenemos en mente, tuvo uno que, por su fama e importancia, elevó el nombre de nuestra ciudad a los máximos altares del mundo taurino mundial, como fue Jaime Ostos y en relación con el mismo, encuentro en La Vanguardia Española del viernes 22 de Junio de 1958 una entrevista que se le hace, donde desmenuza un poco su vida, que creo puede ser interesante para nosotros conocerla, tanto amantes o no del torero y seguidor o no de dicha figura del arte de Cuchares y decía así:
“VIDA DE BARCELONA. MANO A MANO. JAIME OSTOS. Esta vez no fue la necesidad lo que llevó a los toros al mocito. En su casa había de todo y bienestar. Pero pudo más la afición.
Jaime Ostos Carmona, de Écija, veintidós años de edad.
¿Tu padre? Labrador, propietario.
¿Rico? Posición desahogada.
¿Cuánto terreno tenéis? Quinientas fanegas de tierra de olivar y un molino de aceite, la casa donde vivimos y otra más, ocho o diez yuntas de mulas, cuatro yeguas de vientre, dos burras, un caballo, un tractor y engordamos unos cien cochinos al año.
Pero tú, de todo esto, ¿no quieres saber nada? Yo quiero ser torero.
¿Hermanos? Manolo, el mayor, es perito agrícola y gana lo que quiere. Julio, perito agrícola también y está superior. José Joaquín lleva el campo con mi padre y
Fernando estudia perito industrial. Mi hermana, la mayor, está casada con un médico y Elisa, que tiene dieciséis años, está en casa y va al colegio. Yo soy el cuarto por edad.
¿No has estudiado nada? Sí, seis años de bachillerato, el séptimo no lo terminé por el toro.
¿Qué dice tu padre? Al principio me negó su amistad, su cariño y todo; creía que era un disparate que yo me dedicara a esto y no le parecía lógico, ya que no hubo tradición taurina en mi familia.
¿Te escapaste de casa? Sí, pero se lo voy a explicar; yo tengo una hermana de mi madre, a quien llamamos “la chacha”, que vivió con nosotros y me ha tenido en brazos más que mi madre. Hace cuatro años se fue a Sevilla a vivir y cuidar una finca con su marido. Y yo, al dejar Écija, me fui con ella. Pero esto disgustó a los señores donde estaba mi “chacha”, porque el contrato era para matrimonio sin hijos. Entonces yo, como estudiante que era, me las arreglé y comía y cenaba en el SEU y dormía en una habitación que me costaba siete pesetas.
¿Cuánto pagabas por comer y cenar? Quince pesetas las dos comidas, ósea, el día entero no llegaba a cinco duros.
¿Y de dónde sacabas el dinero? Yo pasaba mis apuros, pero mi madre, sin que se enterase mi padre, me mandaba algo.
¿Y toreabas? No, solo en los tentaderos y en el campo, yo he pasado lo mío.
Así ¿cuánto? Dos años y medio.
¿Sin ver a tu padre? Yo no fui para nada a mi casa en ese tiempo.
¿Tu padre no fue a buscarte? No, él es muy serio y esperaba que yo cayese de mi burra.
¿Primera vez que te vistes de torero? En 1951, en una nocturna en Córdoba y tuve la suerte de que embistiese la vaquilla y le corté la oreja.
¿No fuiste a Écija? Sí, después, a una económica, pero antes le consultaron a mi padre y él dijo que no pensaba meterse en nada. Toreé y le corté las dos orejas y rabo a los dos novillos.
¿Él fue a verte? No.
¿Y tú a él? Sí, después de la corrida, hacía que no le veía más de dos años y hablamos de todo menos de toros. Lo único que me dijo, refiriéndose a esto, fue que no le dijese nunca, si me ocurría algún percance, que él había tomado parte en este asunto alentándome.
¿Has vuelto a casa? Sólo de visita. Emprendí la lucha por la vida con la ilusión de que podría vivir en una casa mía.
¿Y lo has conseguido ya? Lo voy consiguiendo, sigo con la “chacha” y seguiré hasta el fin. En cuantito que yo gane las primeras pesetas busqué un piso dentro de mis posibilidades.
¿A cuánto ascendían estas? A mil pesetas por el piso y mantener a la “chacha”, a mi tío y a mí. Después la cosa fue mejorando y ahora, desde primeros de año, tengo otro piso por el que pago mil doscientas pesetas; es más decente y vivimos los tres más desahogados. Y he comprado dos coches, uno para llevar a la cuadrilla.
Y ahora ¿qué dice tu padre? Dice que se queda con la tranquilidad de que me ha salido bien, pero que pudo salirme mal y me repite que siempre tengo su casa para volver, pero yo no vuelvo.
¿No te tira el campo? Ese ni de visita, pero mi ilusión es tener algún día una finca en el campo y ganadería.
¿No dice que no te gusta? Es cuestión de amor propio, yo no puedo volver fracasado. Mi alegría será el día que yo le diga a mi padre. “Papá, ya tiene dos casas, la tuya y la mía”. Me retiraré tranquilo y yo sé la satisfacción que le daré.
Digo y a tu “chacha” también… DEL ARCO”.
La fotografía que acompaño a la página anterior, apareció publicada en el semanario taurino El Ruedo de 27 de abril de 1958, después de un sonado triunfo del ecijano Jaime Ostos en las fiestas de fallas en Valencia.
★CAPÍTULO LII: ENTRE VISTA A JAIME OSTOS (1958)-FIESTA DEL ALGODÓN por R. Freire
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