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Juan María Palomo Romero

El pasado 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua, el cual estuvo marcado por un sinfín de actividades dirigidas a la concienciación del uso responsable de un bien tan preciado como escaso: el Agua.

En este artículo hablaré sobre un cometido en el que he trabajado durante los últimos cinco años: ayudar en la transformación digital en el ámbito del abastecimiento de agua.

La gestión de la distribución de agua lleva siendo objeto de investigación desde hace muchos años, tanto en universidades y centros de investigación, y aunque no es fácil determinar cuándo empieza la llamada Transformación Digital, sí que se marcó un claro hito innovador en el momento que se empezó a gestionar las redes de abastecimiento en tiempo real, gracias a los autómatas y comunicaciones vía radio.

En ese momento se empezó a gestionar la red en tiempo real, pero no era posible hacer una gestión de datos eficiente y útil. Se tenía todo lo necesario, los datos, pero faltaba lo realmente importante, la información. Y aquí es donde entra la Transformación Digital, de la mano de las herramientas Business Intelligence (BI). Algo que suena como muy profesional y está muy de moda, pero que en la gran mayoría de empresas se queda en la generación de simples informes, que tan sólo presentan eso, información. Digo tan sólo, porque la siguiente evolución, que en muchos casos es una revolución industrial, es obtener el conocimiento. Como nos gusta ponerle nombre a todo, lo podríamos identificar como Industria 4.0, o lo que es lo mismo, la cuarta revolución industrial, la Industria Inteligente. Es necesario partir de la base de que el conocimiento no lo genera el BI, el conocimiento lo posee el experto humano. Ahora bien, si somos capaces de desarrollar sistemas inteligentes basados en inteligencia artificial, los cuales son capaces de “aprender” del experto humano, entonces sí que podremos obtener conocimiento. La gran mayoría de las empresas se quedan en la información, muy pocas llegan a desarrollar sistemas de conocimiento, muy pocas llegan a la Industria 4.0.

En el ámbito que nos ocupa, gracias a los sistemas basados en conocimiento, somos capaces de realizar una gestión eficiente del agua. Es fácil decirlo, pero muy pocas lo hacen.

Este sector tiene una peculiaridad, y es que, en teoría, las empresas gestoras de agua deben tener una concienciación ambiental. El cambio climático conlleva un descenso de las lluvias y un incremento de la temperatura. Tenemos un bien preciado que hay que gestionar con mucho mimo, evitando a toda costa su derroche.

Esto quiere decir que a día de hoy somos capaces, debido a los avances realizados en materia de investigación de algoritmos matemáticos e informáticos, desarrollar sistemas inteligentes que detecten, localicen y avisen automáticamente a los propios clientes de que existe una probabilidad de fuga o avería interna en su domicilio. De hecho, ya tenemos las herramientas para hacerlo, y se debería potenciar su uso, un claro de ejemplo de persecución de ese objetivo de concienciación ambiental.

Gracias a los sistemas inteligentes basados en conocimiento somos capaces de detectar averías y fugas antes de que estas den la cara, salgan a la superficie, lo que conlleva, en primer lugar y más importante, una pronta actuación que evita “tirar por el desagüe” litros y litros de agua y, en segundo lugar y no menos importante, provocar otro tipo de problemas como desperfectos en el pavimento y socavones.

La predicción de consumos mediante herramientas inteligentes permite realizar acciones preventivas y adaptar procesos de la gestión integral del agua, así como la programación de bombeos a depósitos.

Toda empresa gestora de agua tiene un objetivo primordial, que es minimizar el agua no registrada (ANR), es decir, que la diferencia entre el volumen de agua suministrada a la red de abastecimiento y el volumen de agua registrada en los contadores de los clientes sea la mínima posible.

Gracias a los avances de los sistemas inteligentes basados en conocimiento es posible minimizar el ANR, reducir el fraude, las fugas y averías, lo que conlleva, en última instancia, a una gestión más eficiente del Agua.

El camino de la Transformación Digital en la industria de la gestión del Agua no tiene un destino determinado. Sí que tiene un objetivo claro y consensuado, la gestión eficiente. Gracias a las tecnologías y al conocimiento fruto del I+D+i se avanza en este sentido. La recomendación es no quedarse atascado en tecnologías, procesos y herramientas del pasado. Es necesario estar en la cresta de la ola, renovarse e innovar, incluso a veces la forma de pensar, para ser cada vez mejores en la gestión de un recurso limitado, sin duda una labor tan loable como emocionante.

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