Écija – El Portal Temático Cultural

Marzo 2017
Ramón Freire Gálvez.

Ramón Freire

Cuando llegó a mis manos la historia que, en parte, me dispongo a relatarles, relativa al jesuita ecijano Juan de Santiago y Almenara, me quedé un poco perplejo, no sólo por el contenido de sus hechos y acciones en pro de los ciudadanos cordobeses, sino porque en Écija, por lo menos yo no la conocía, no hubiésemos tenido noticias de tan magnas virtudes. No me corresponde a mí, apesar de mis creencias y fe, enjuiciar lo que otros, testigos directos, a través de sus testimonios dejaron escritos, pero algo llevará el agua cuando se bendice como dice el refrán, así que cada uno saque sus propias conclusiones, pero no es menos cierto que la humildad, solidaridad y acciones de este jesuita ecijano, calaron hondo entre la población cordobesa. Por ello, parte de su
vida, es la que sigue:

Nació en Écija el 15 de Agosto de 1689, hijo de Matías de Santiago y Catalina de Almenara, siendo bautizado en la Parroquia Mayor de Santa Cruz el día 17 de dicho mes, con los nombres de Juan Jacinto Gregorio (Ver Libros de Bautismos Parroquia de Santa Cruz, año de 1689, página 133). Vicente de la Fuente, en su Historia eclesiástica de España o adiciones a la historia general de la Iglesia, publicada en 1855, escribe: La Compañía de Jesús, presenta entre otros varios, al venerable P. Juan de Santiago, profeso de cuarto voto y natural de Écija. Su vida se imprimió en Zaragoza en 1763 a poco de haber muerto y cuando ya el rayo de la expatriación amenazaba a la Compañía.

Pues bien, la vida, hechos y virtudes de este jesuita ecijano, a que se refiere la anterior, quedaron recogidas en una extensa publicación, titulada El P. Juan de Santiago de la Compañía de Jesús, compendio y virtudes, de la que autor Diego Navarro, Sacerdote de la misma Compañía, 1689-1762, publicada el año de 1919 en Córdoba, Imprenta El Defensor, digitalizada por Boston College Libraries, de la que aporto foto de la portada y del
personaje, así como, para conocimiento, los apartados siguientes: En lo que titula el autor A guisa de prólogo, alque leyere, escribe: Entre los varones ilustres que más honraron a la Compañía de Jesús en España, poco antes de su expulsión por Carlos III, figura en primera línea el P.  Juan de Santiago por sus eminentes virtudes, sus trabajos apostólicos y los hechos maravillosos que, de él, sus contemporáneos refieren, testigos, unos de  vista y otros por referencia auténtica, de personas fidedignas.

Casi extinguida la memoria de varón tan benemérito en Córdoba, donde moró 42 años, entregado sin cesar y por completo a la penosísima labor de las misiones, ejercicios espirituales,predicación, visita de Hospitales y Cárceles, doctrina de niños, sin que quedara un solo pueblo de esta Diócesis, que no recibiera la influencia poderosa de tan apostólico hijo de San Ignacio, ha parecido un deber de justicia y gratitud y sacar del olvido al que durante tantos años fue antorcha poderosa que difundió sus luminosos rayos hasta los últimos confines de la sierra y la campiña de Córdoba.

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