Écija – El Portal Temático Cultural

Fco. Fernández-Pro

Cuando en 1995 tuve la ocasión de coordinar el Programa Municipal Andalucista, incluimos en él dos asuntos que, para mí, eran fundamentales entonces: la creación de un Museo Histórico Municipal en el Palacio de Benamejí y, dentro de él, la de una Sala Etnográfica.

El Museo, felizmente, se llevó a cabo y pudo abrirse dos años después, pero quedó pendiente –y muy pendiente- ese otro Museo Etnográfico, que  debería permitirnos adentrarnos en nuestro pasado más próximo y en la explicación más racional y directa, de lo que hemos llegado a ser como consecuencia de las circunstancias que hemos vivido y el entorno al que pertenecemos, al que hemos tenido que adaptarnos y que, al final, han determinado nuestra forma de vivir, nuestros usos y nuestras costumbres (el aspecto Etnológico de nuestro Patrimonio)

Pues bien, he de confesar que los temas que venimos tratando, desde hace casi dos años, en el programa de Écija Comarca Televisión “La Rebotica del Cojuelo”, han ido provocando en mi ánimo, por un lado, una cierta desazón al reflexionar sobre asuntos de nuestro pasado y comprobar la poca conciencia que, como ciudadanos, teníamos de los mismos; y, por otro, una inevitable ilusión, al apreciar lo fácil que resultaría aliviar esa ignorancia, dado el interés que muchos ecijanos nos han demostrado por estos temas, así como su interés manifiesto por conseguir dicho objetivo.

Hace sólo un mes, en Alameda, hablaba sobre este tema con los organizadores del Congreso Nacional del Bandolerismo Andaluz, José Antonio Rodríguez y Carlos Olavarrieta (los más reconocidos investigadores, a todos los niveles, sobre la famosa partida de nuestros Siete Niños de Écija) Ambos estuvieron el año pasado en nuestra Rebotica del Cojuelo y ambos me  expresaron su enorme sorpresa por la poca rentabilidad que nuestra Ciudad ha obtenido del fenómeno del bandolerismo.

Dos razones objetivas me daban para ello:

La primera, que Écija y la Partida de los Siete Niños fueron tan importante en este fenómeno sociológico, que en todas las ponencias del Congreso de este año (que trataron desde la creación de la Guardia Civil a los relatos de los escritores románticos, pasando por las memorias de Juan Caballero o la Partida de José María El Tempranillo), directa o indirectamente, se hace alusión a nuestra Ciudad.

La segunda que, siendo el Término Municipal de Écija el de mayor relevancia en el fenómeno del bandolerismo, sobre este asunto no tenemos absolutamente nada que ofrecerle ni a los viajeros que nos visitan ni a los investigadores que lo estudian e, incluso lo que es más importante aún, ni a los propios ecijanos que, lógicamente deberían disfrutar –al menos- de un centro de interpretación etnográfico, que incluyera el Bandolerismo y que pudiera rememorar esta época tan aciaga de nuestra Historia y este fenómeno sociológico, tan particularmente nuestro y al que, sin embargo, llevamos tanto tiempo dándole las espaldas, cuando despierta tanto interés y curiosidad. De hecho, pueblos como Jauja (con sólo mil habitantes) o la propia Alameda (con algo más de cinco mil), no sólo cuentas con sus museos etnográficos (el de Jauja dedicado, casi exclusivamente, al bandolerismo y el Tempranllo), sino que, desde principios de siglo, organizan congresos que reúnen a estudiosos de toda España, generando un gran número de visitantes anualmente, con la consiguiente repercusión económica y laboral para ambas localidades.

Pues bien, hace un año aproximadamente, Carlos Olavarrieta me habló de la posibilidad de conseguir en cesión administrativa y de forma permanente, un cuadro del gran pintor navarro Gustavo de Maeztu. La pintura, titulada “Fantasía de los Siete Niños”, tiene una considerable envergadura (aproximadamente, 3 x 3 metros) y se conserva –enrollada desde la muerte del pintor- en el almacén del Museo que tiene en su localidad natal, Estella. Le expuse este ofrecimiento al anterior gobierno municipal que, como ya finalizaba su legislatura, no quiso implicarse demasiado. Posteriormente, le di a conocer el asunto al nuevo Gobierno Municipal y, con motivo de mi presencia en el citado Congreso, recibí el encargo por su parte, de informarme del asunto con mayor detalle y, si fuera necesario, ponerme en contacto con la dirección del citado museo.

Tras mi nueva entrevista con Carlos Olavarrieta en Alameda, tuve la ocasión de hablar con la Directora del Museo de Estella, Camino Paredes Giraldo, también Directora General de Patrimonio Cultural de Navarra. Una extraordinaria mujer, que se puso a nuestra entera disposición, para ver las posibilidades de dicha cesión, ya que –según me confirmó- su mayor deseo es que todos los cuadros de Maeztu puedan estar expuestos al público y no seguir manteniéndolos almacenados por falta de espacios museísticos.

Hace tres semanas, Carlos Olavarrieta me llamó desde Estella. Estaba allí, porque –a raíz de este acercamiento que hemos realizado-, había sido invitado por la dirección del Museo de la Ciudad para impartir una conferencia sobre El Bandolerismo, los Siete Niños de Écija y el cuadro de Maeztu.

Nuestra Delegada de Cultura me ha adelantado que, por desgracia, pueden existir ciertos problemas de financiación, pero todo sigue pendiente…

Tenemos un potencial enorme y siento, como ecijano, la necesidad de que nuestra gente conozca la importancia de nuestro Patrimonio Etnológico, porque es uno de los que más nos definen como Pueblo.

Sueño con un día –cualquier día-, en el pueda ver colgado el cuadro de Gustavo de Maeztu en una de las paredes de nuestro Museo, dando entrada a un espacio reservado que explique esa parte que el Espíritu de nuestra Comunidad tiene de tierra, de trabajo, de afanes y de realidades cotidianas deseables e indeseables; porque, como Pueblo somos, exactamente, consecuencia de todo eso y estamos obligados a conocerlo y a recordarlo… Por eso, no deberíamos dejar de intentar conseguirlo.

by