Ana Belén Torrejón, de Écija, un ejemplo de superación con los medios que la ONCE pone a su alcance
Como nos gustan dar noticias e historias de personas nacidas en nuestra ciudad de Écija, hemos encontrado este ejemplo de superación de Ana Belén Torrejón, de 39 años, que aunque nacida en Écija reside en Marchena.
En un artículo para El Correo de Andalucía, realizada por Auxiliadora Villar, expone su experiencia ante esta difícil situación de perder la vista.
Entre las cosas que cuenta y que hemos extraído de este artículo, Ana Belén dice que:
“Afrontar las cosas que te van viniendo y siempre en positivo, no dejar de hacer lo que estabas haciendo y atreverte con cosas nuevas”. Es el secreto, o las recomendaciones, para hacer frente al duro golpe inicial tras perder la vista.
Apenas tiene un resto visual –ve sombras, luces– y aunque desde 2008, cuando le diagnosticaron degeneración macular, sabía que podía llegar este momento. Explica, y añade: “Llevo dos años y medio y para mí ha sido una carrera de obstáculos, pero superándome. Y es que, aunque lo tuviera anunciado «siempre piensas que no te va a pasar a ti hasta que te pasa”.
Tiene dos hijos, de 19 y 13 años, “y creo que se lo han tomado mejor de lo que yo pensaba”, explica. “Ven que cambias, primero vas mirando siempre al suelo porque ves menos, se dan cuenta de que no coges el coche… El día que decides coger el bastón les costó trabajo ver a su madre con un bastón en la calle, es difícil, pero me he sentido siempre muy apoyada por ellos y por mi marido”, destaca. Gracias a ellos y a su positividad ”vuelvo a ser quien era, porque ellos me apoyan y se lo toman con total naturalidad”, añade.
Ana Belén lleva dos años estudiando Derecho: “Siempre he estado con educación continua, hice un máster en mediación… me gusta estudiar, formarme, y la ONCE te pone todas las herramientas a tu disposición y ya estoy en mi segundo año de estudio. Tengo mi máquina de escucha y mediante programas y el ordenador…”
Actualmente, Ana Belén está a la espera de perro guía. “Tengo ganas de tenerlo porque la poca autonomía que me falta la puedo lograr con el perro”, asegura. “En la escuela que hay en España tardan hasta tres años en darlos y en las dos que hay en Estados Unidos un año. Me lo propusieron y como no digo a nada que no… iré a Estados Unidos”
Artículo completo publicado en el Correo de Andalucía:
Una vida normal entre luces y sombras
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