Écija – El Portal Temático Cultural

Aunque sé que el tiempo es una continuidad y no pasa nada entre un segundo y el siguiente (sólo un segundo…), sí es cierto que a los hombres nos gusta marcar hitos –como señales- para imaginar que podemos hacer un alto en el Camino y, de alguna forma, recomenzar la Vida con nuevas perspectivas y renovadas energías; entonces, nos proponemos nuevos proyectos y nos deseamos felicidad.

Es justo lo que nos pasa hoy, cuando el calendario señala el comienzo de un nuevo año. Por eso, cuando acaba este 2014 -que a todos nos trajo cosas buenas y cosas malas-, quisiera recuperar un antiquísimo texto que, siendo estudiante en Sevilla, escribí  allá por el año 75 del pasado siglo (¡40 años ya!) y del que, con el paso de los años, he ido transformando de forma considerable (sumándole y restándolo, lo que la Vida me fue enseñando por el Camino). A partir de él, os deseo a todos para este Nuevo Año:

La PASIÓN para amar bien y ser amados, la entereza suficiente para saber olvidar si el amor se acaba y la GENEROSIDAD necesaria, si eso ocurre,  para que vuestros corazones no alberguen rencor alguno.

La SABIDURÍA para ir al paso por la Vida, advirtiendo no sólo el dolor, sino también el placer que viene con los años: no querer llegar demasiado pronto ni retrasar la llegada; no intentar madurar con prisas, ni vivir intentando regresar a la Juventud que nos dejó. La conciencia de que la madurez consiste en saber vivir plenamente lo que nos trae cada tiempo.

La OPORTUNIDAD de criar a un animal y plantar una flor. La PACIENCIA y la dedicación para cuidarlos y -mientras los veis crecer- la capacidad para percibir la importancia que tienen tantas vidas que nos rodean y el valor con el que respira una sola primavera.

La SUERTE de hallar buenos compañeros de viaje, para que, cuando andéis perdidos entre los días y las cosas, podáis reencontraros en los otros.

La fortuna de hallar las pupilas de otro ser en las que podáis miraros y en las que recomenzar el Amor, cada vez que os devuelvan la mirada.

Por último, os deseo a todos la CONCIENCIA nítida del Hombre, el COMPROMISO que os haga descubrir -todas las mañanas de este año 2015 y todos los por venir-, a los seres infelices que nos rodean, a los marginados, a los que son tratados con injusticia y que  necesitan de nosotros… La CERTEZA inamovible de que la dignidad de un solo Hombre, siempre  es la dignidad de todos los hombres.

Feliz Año 2015.

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